En Estados Unidos, los cubanos no dejan de encontrar formas creativas de reírse de la realidad, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Esta vez, el protagonista fue Anthony Vila, un creador de contenido cubano que decidió hacer lo impensable: una ceremonia a “San Amazon”, su santo patrono del trabajo y las entregas rápidas. El video, que ya corre como pólvora en redes, ha sido una mezcla perfecta entre sátira, humor y una crítica muy real al sistema laboral y a la automatización en EE. UU.
En el clip, publicado en su cuenta de Instagram @anthony_vila_real, se ve al influencer en plena ceremonia, con toda la seriedad de un ritual afrocubano. Frente a él, una ofrenda improvisada con un vaso de agua, frutas y una vela encendida, como si estuviera frente a una deidad real. Pero en vez de pedir por salud o prosperidad, Vila se lanza con sus plegarias más terrenales y actuales: que no falte el trabajo, que los robots no le quiten el puesto y que los repartidores de Amazon —la mayoría cubanos— puedan seguir ganándose la vida con dignidad.
El tono de Anthony es solemne, pero la ironía es imposible de ignorar. Su petición a “San Amazon” es, en el fondo, una crítica muy directa al proceso de automatización que está transformando el trabajo en Estados Unidos, especialmente en empresas gigantes como Amazon. Lo que podría parecer una simple broma se convierte en una radiografía divertida, pero dolorosamente cierta, de lo que viven muchos inmigrantes cubanos en Florida: jornadas largas, presión por cumplir entregas y el miedo constante de que, un día, un robot haga su trabajo mejor y más rápido.
Como era de esperar, los comentarios no tardaron en explotar. Algunos seguidores aplaudieron la genialidad del sketch: “Esto es oro puro”, “San Amazon, protégenos del desempleo”, escribieron entre risas. Otros, sin embargo, lo interpretaron como una crítica seria a la forma en que el trabajo manual y humano está siendo reemplazado por máquinas. En cualquier caso, todos coincidieron en algo: Anthony Vila sabe cómo decir verdades disfrazadas de chistes.
Y es que ese ha sido siempre el sello del creador cubano: usar el humor como espejo de la realidad. Con su estilo único, Anthony volvió a conectar con su público, mostrando que detrás de cada broma hay una historia de esfuerzo, de cubanos que madrugan, sudan bajo el sol de Florida y, aun así, se las arreglan para reírse de la vida.
Entre una vela, un “delivery” y un toque de sarcasmo, “San Amazon” ya tiene su primer devoto oficial… y, quién sabe, quizás más de uno se anime a ponerle su velita también.
