Las intensas inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Cauto mantienen incomunicadas a varias comunidades del municipio Urbano Noris, en la provincia de Holguín, mientras las autoridades reconocen que no han podido completar los operativos de rescate tras el paso del huracán Melissa.
En una actualización divulgada a las 6:45 p.m. de este miércoles, medios oficialistas admitieron un “estado crítico” en la zona, con al menos ocho emergencias activas. Las comunidades más golpeadas son Estrada, San Bartolo, Travesía, Cauto 3 y el Consejo Popular Urbano Sur, donde el agua cubre caminos, arrasa viviendas y deja a cientos de personas atrapadas sin poder recibir ayuda.
Desde la emisora Radio SG La Voz del Azúcar, el régimen intentó maquillar la gravedad del panorama, afirmando que “se ha tenido contacto” con los vecinos de Travesía, La Camilo, 20 Rosas, Sabanilla, Saín, Dos Bocas y Estrada. Sin embargo, lo cierto es que esas familias siguen esperando ser rescatadas, mientras los supuestos operativos fallan una y otra vez por el volumen de agua que lo cubre todo.
En medio del caos, los equipos de respuesta lograron abrirse paso hasta las comunidades de Rey, El Zorral y San Bartolo, donde auxiliaron a varias familias y evacuaron a algunos afectados del centro de limpieza del Consejo Sur. Para conseguirlo, tuvieron que desobstruir los viales de acceso desde la cabecera municipal hacia El Zorral y Cauto 3, un trabajo que solo permitió avanzar parcialmente entre el lodo, los escombros y los caminos destruidos.
Las imágenes compartidas por vecinos de San Germán muestran la magnitud del desastre: calles anegadas, viviendas bajo el agua y personas caminando con el agua hasta la cintura, mientras los funcionarios del régimen siguen repitiendo consignas vacías sobre “el esfuerzo del pueblo” en lugar de garantizar una respuesta real.
A pesar de los limitados avances, las condiciones siguen empeorando. Los reportes locales confirman que aún no se ha podido llegar a los asentamientos rurales más aislados, como Travesía, La Camilo, Sabanilla y Dos Bocas. El contacto con sus habitantes se mantiene únicamente por vía radial, y muchos temen quedarse sin alimentos ni medicinas si las aguas no bajan pronto.
Ante el colapso del sistema civil, se incorporaron fuerzas del Ejército Oriental para intentar reforzar las tareas de rescate. Su intervención permitió evacuar a varios damnificados en la comunidad de Rey-2, luego de limpiar un tramo del corredor San Germán–Holguín, una ruta estratégica para acceder a otros caseríos totalmente incomunicados.
El Consejo de Defensa Municipal, en su habitual discurso triunfalista, aseguró que “no se descansa” en la protección de la población. Pero los hechos cuentan otra historia: comunidades enteras siguen aisladas, sin alimentos, sin electricidad y sin presencia médica, mientras los dirigentes locales se preocupan más por las fotos para los medios estatales que por las vidas en peligro.
El régimen, una vez más, demuestra que no tiene capacidad ni recursos para enfrentar una emergencia de este tipo. Los sangermanenses —habitantes de la cabecera municipal— sobreviven con lo poco que tienen, mientras el aparato estatal intenta mantener el control del relato, en lugar de admitir su evidente fracaso ante la fuerza del huracán Melissa.










