El oriente cubano sigue prácticamente aislado del resto del país tras el paso del huracán Melissa, que dejó un desastre total en las comunicaciones. Más del 80% de las radiobases están fuera de servicio, según reconoció la propia ETECSA en su más reciente actualización.
En un comunicado publicado en su cuenta oficial de Facebook, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba admitió que la red móvil continúa “gravemente afectada” en las provincias orientales, donde el promedio de radiobases apagadas supera el 80%, un golpe directo para una región que ya de por sí vive con una conexión deficiente y cara.
Guantánamo encabeza la lista del desastre con el 92% de las radiobases fuera de funcionamiento, seguida de Granma con un 88%, Santiago de Cuba con un 86%, Holguín con un 78% y Las Tunas con un 59%. En otras palabras, la mitad del oriente del país está incomunicada, sin poder llamar, enviar mensajes ni conectarse a internet.
El propio informe reconoce que esta situación genera una fuerte congestión en las pocas radiobases que quedan activas, lo que mantiene a miles de personas sin cobertura o con señal intermitente. Pero, fiel a su estilo, ETECSA no dijo ni una palabra sobre cuándo piensa resolverlo, dejando a los cubanos otra vez en la incertidumbre.
Hace solo unos días, la empresa estatal había informado de interrupciones severas en la red nacional, con municipios completos de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín totalmente incomunicados. Según su versión, el caos se debe a la falta de electricidad y a problemas de conectividad, como si eso fuera algo nuevo en el país.
Lo cierto es que el huracán Melissa no solo destrozó techos y carreteras: también dejó al desnudo la fragilidad del sistema de telecomunicaciones que el régimen insiste en presentar como “moderno”. Sin energía estable, sin infraestructura resistente y con una empresa monopolizada por el Estado, los cubanos del oriente siguen incomunicados, desesperados y sin respuestas.
Mientras tanto, el gobierno guarda silencio y ETECSA, en vez de ofrecer soluciones reales, se limita a publicar comunicados vacíos en redes sociales, como si un post en Facebook fuera suficiente para tapar la ineficiencia y el abandono que viven miles de familias que hoy ni siquiera pueden avisar que están vivas.










