La relación entre Cuba y Ucrania acaba de tocar fondo. Este miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andriy Sybiha, confirmó que su gobierno decidió cerrar su embajada en La Habana y rebajar el nivel de relaciones diplomáticas con la Isla. La medida llega justo después del voto de Ucrania contra el régimen cubano en la Asamblea General de la ONU, donde se discutió —una vez más— la resolución que pide el fin del embargo estadounidense.
Sybiha fue directo: “Recordamos el deseo del presidente cubano de ‘éxito’ a Putin en su guerra de agresión contra Ucrania. Lo escuchamos bien. Este año decidimos cerrar nuestra embajada en La Habana”, escribió en X. Su publicación dejaba claro que el gesto de Ucrania no era improvisado, sino una respuesta firme al apoyo abierto del régimen cubano a Moscú.
El canciller recordó además que miles de cubanos han firmado contratos para unirse al ejército ruso, participando directamente en los combates contra Ucrania. Según explicó, la decisión de su país no va dirigida contra el pueblo cubano, sino contra la complicidad del gobierno de La Habana en ese reclutamiento masivo. “Respetamos al pueblo cubano y su derecho a prosperar, pero el silencio de sus autoridades ante esta práctica los hace cómplices”, subrayó.
Sybiha fue todavía más contundente al calificar esa pasividad del régimen como una “complicidad directa en la agresión”, dejando claro que Ucrania no piensa tolerar la participación de ciudadanos extranjeros —menos aún de un país que presume de neutralidad— en una guerra que ha costado miles de vidas.
Esta ruptura no es un hecho aislado. Ya en julio pasado, el presidente Volodymyr Zelenskyy había adelantado una reorganización del mapa diplomático ucraniano, con el anuncio de una reducción de su presencia en Cuba.
Golpe diplomático para el castrismo en la ONU
El anuncio de Ucrania llegó justo después de un debate que dejó mal parado al régimen cubano. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el martes la resolución contra el embargo estadounidense, pero con una caída histórica del apoyo internacional.
De los 187 votos a favor que había conseguido el año pasado, Cuba solo logró 165 esta vez. Siete países votaron en contra y 12 se abstuvieron, marcando el respaldo más bajo en más de una década.
Aunque Bruno Rodríguez Parrilla intentó vender el resultado como “una victoria de los pueblos”, la realidad es que el discurso del embargo ya no convence como antes. Cada vez más países —incluyendo Argentina, Paraguay y varias naciones de Europa del Este— se alejan del relato oficialista que culpa a Washington de todos los males de la Isla.
Detrás de esa pérdida de apoyo hay motivos de sobra: el escándalo de los cubanos reclutados por Rusia para pelear en Ucrania, las denuncias de corrupción dentro del conglomerado militar GAESA —que maneja más de 18 mil millones de dólares en activos— y la evidente falta de libertades dentro del país.
Fuentes diplomáticas citadas por medios internacionales aseguran que Cuba está más aislada que nunca, enfrentando un “desgaste moral y político” que ya ni los discursos del MINREX pueden disimular.










