Más de mil vecinos del poblado de Guamo, en la provincia de Granma, tuvieron que ser evacuados de madrugada este viernes hacia el municipio de Jobabo, en Las Tunas, ante el peligro inminente de inundaciones por la crecida del Río Cauto, luego de las intensas lluvias que dejó el huracán Melissa tras su paso por el oriente cubano.
Según informó CNC TV Granma en su página de Facebook, la evacuación se llevó a cabo “de manera urgente”, con el traslado de decenas de familias hacia el Politécnico Manifiesto de Montecristi, donde supuestamente se garantizan las condiciones para su albergue. “Se espera que continúe llegando más personas a lo largo del día, entre 5000 a 7000 evacuados”, precisó el medio oficialista.
El funcionario Yaidel Miguel Rodríguez Castro explicó que unas 1,300 personas fueron movidas en tren hasta el centro de evacuación de Jobabo, donde reciben atención y alojamiento temporal. Dijo además que se coordinan “todas las condiciones logísticas necesarias” para quienes siguen llegando desde Guamo, aunque varios pobladores han denunciado que no hay suficiente comida ni colchones para todos.
Rodríguez describió la situación como “una operación imprevista”, realizada a toda prisa y en plena madrugada, cuando la crecida del río comenzó a poner en peligro una presa cercana. “La respuesta no se hizo esperar. Un despliegue inmediato de vehículos, trabajadores y directivos garantizó la seguridad de las familias”, escribió en su perfil de Facebook.
Sin embargo, su propio comentario dejó entrever la precariedad del sistema: ante la emergencia, las autoridades usaron el pan destinado al pueblo de Jobabo para dar desayuno a los evacuados. Luego aseguró que “la solidaridad se impone” y que el suministro sería repuesto “durante la tarde o la mañana siguiente”.
La realidad, como suele pasar, es mucho más dura que el discurso oficial. En varias comunidades cercanas al Cauto, el aumento del nivel del agua mantiene a cientos de familias en alerta máxima y con miedo de perderlo todo.
Vecinos del área de Grito de Yara, también en Granma, compartieron imágenes y mensajes desesperados en redes sociales mostrando viviendas bajo el agua y calles convertidas en ríos. “El agua ya está dentro de las casas, estamos sin comunicación y sin dormir”, escribió la usuaria Day Puty Figueredo Pino, reflejando la angustia de muchos.
Las lluvias persistentes desde el paso del huracán Melissa saturaron los embalses y provocaron el desbordamiento de varios ríos en la zona oriental del país, donde los reportes de daños y afectaciones no dejan de multiplicarse.
Familiares desde el poblado de Cauto de Paso alertaron que hay personas atrapadas y sin poder comunicarse con los equipos de rescate. “Están encima de la bodega del poblado, quedaron de ir a buscarlos y hasta ahora no aparece nadie”, publicó una usuaria en Facebook, visiblemente desesperada.
El medio oficial La Demajagua confirmó también la evacuación masiva desde Guamo hacia Jobabo y aseguró que el Consejo de Defensa Municipal trabaja “en la recepción de los desplazados”, junto a las estructuras territoriales del régimen.
A pesar de los informes oficiales que intentan transmitir calma, la situación en Granma y Las Tunas sigue siendo de emergencia, con el Río Cauto al límite y un panorama que recuerda la vulnerabilidad extrema de las provincias orientales cada vez que un ciclón toca la isla.
Lo cierto es que, mientras el régimen presume de “organización” y “solidaridad”, miles de familias cubanas siguen perdiendo lo poco que tienen, dependiendo del pan de otro municipio y rezando para que el agua no se lleve lo que les queda de esperanza.










