“Fue una pesadilla”. Así resumió una residente del poblado de Veguitas, en Granma, las horas más largas de su vida durante las inundaciones provocadas por el huracán Melissa y el posterior vertimiento de una presa cercana que terminó anegando el pueblo casi por completo.
En un video compartido en Facebook, M. Vázquez narró con la voz entrecortada cómo el agua subió tan rápido que su familia tuvo que subir a la azotea para no quedar atrapada. “Mi casa y todas las demás llenas de agua, con un susto enorme y ganas de llorar, llenándonos de fuerza a cada segundo para subir lo más importante al techo. Esto no se lo deseo a nadie”, contó la joven.
Durante más de 24 horas estuvieron sin electricidad ni comunicación, completamente aislados mientras el nivel del agua seguía subiendo sin freno. “Ahora toca intentar recuperar lo que se pueda y limpiar, porque todo está lleno de lodo”, agregó con resignación.
Granma bajo el agua
Veguitas no es la única zona afectada. En buena parte de Granma, los ríos desbordados y las presas saturadas han dejado un escenario de desastre. El río Cauto, el más largo de Cuba, alcanzó niveles históricos y forzó a la Defensa Civil a declarar la fase de alarma ciclónica en los municipios de Río Cauto y Cauto Cristo.
Las autoridades reconocieron que las lluvias superan los 500 milímetros en varios puntos del territorio oriental, un acumulado que ha provocado deslizamientos, caminos destruidos y comunidades enteras bajo el agua.
Sin embargo, en Veguitas la situación se agravó por la decisión del régimen de liberar agua de una presa cercana para “evitar su colapso”. Esa maniobra, lejos de prevenir un desastre, empeoró las inundaciones y aumentó el nivel del agua en las zonas residenciales.
“No fue solo el huracán, fue el agua de la presa que soltaron…”, denunció Vázquez mientras mostraba imágenes del torrente que cubría las calles hasta el nivel de las ventanas.
Silencio oficial y caos en el terreno
Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido cifras claras sobre los evacuados o los daños materiales en Veguitas, pero medios provinciales reportan que brigadas del Consejo de Defensa Municipal continúan recorriendo la zona “asistiendo a las familias afectadas”, mientras la población denuncia lentitud, desorganización y falta de recursos.
En redes sociales, los testimonios de los cubanos de oriente retratan un panorama mucho más crudo que el que muestran los medios oficialistas. Las imágenes hablan por sí solas: calles convertidas en ríos, casas destruidas y familias sin refugio ni alimentos.
El huracán Melissa, que azotó con fuerza el oriente del país, ha dejado tras de sí una huella de destrucción y abandono. Y aunque el régimen intenta maquillar la tragedia con partes “tranquilizadores”, la realidad, como bien dijo la vecina de Veguitas, es que Cuba está viviendo una pesadilla muy real.









