El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel afirmó este sábado que su gobierno está dispuesto a aceptar ayuda humanitaria internacional, “siempre que sea honesta”, en lo que muchos interpretan como una respuesta indirecta al ofrecimiento hecho por Estados Unidos tras el paso del huracán Melissa.
“Como ya expresé, Cuba está abierta y agradece cualquier tipo de ayuda a nuestro pueblo, siempre que sea honesta, y en el marco del respeto a las regulaciones y la soberanía nacional”, escribió en X el mandatario, acompañando sus palabras con un video oficial donde el régimen responde al anuncio del senador estadounidense Marco Rubio.
Mientras el huracán Melissa golpeaba con fuerza el Caribe, Rubio sostuvo conversaciones con los gobiernos de Jamaica, Haití, República Dominicana y Bahamas para coordinar la entrega de suministros y equipos de rescate. Un día después, el legislador cubanoamericano anunció que Estados Unidos estaba listo para ofrecer ayuda humanitaria inmediata a los cubanos afectados por el ciclón, dejando claro que esa asistencia no pasaría por manos del régimen.
“Estamos preparados para ofrecer ayuda humanitaria inmediata al pueblo cubano afectado por el huracán”, escribió el senador en su cuenta de X, sin ofrecer más detalles sobre la logística del apoyo.
El mensaje fue recibido en La Habana con una mezcla de contradicciones y orgullo político. En lugar de mostrar preocupación por la emergencia humanitaria que atraviesa el país —con miles de familias damnificadas, comunidades aisladas y cortes eléctricos generalizados—, las autoridades cubanas optaron por responder con tono desafiante.
El viernes, la subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del MINREX, Johana Tablada, aseguró que Washington no ha concretado formalmente ningún ofrecimiento de ayuda. Según declaró a medios oficiales, la embajada cubana en Washington contactó al Departamento de Estado “con motivo de lo que publicaron”, pero “Estados Unidos no ha concretado ningún ofrecimiento ni ha respondido a las interrogantes” sobre el anuncio de Rubio.
Tablada añadió que otros países y organismos de Naciones Unidas ya han realizado ofrecimientos de ayuda, los cuales —según dijo— se encuentran “en vías de concreción”. Insistió además en que “Cuba no ha puesto condiciones extraordinarias” para recibir apoyo internacional.
El intercambio deja ver una vez más el muro político y diplomático que separa a ambos gobiernos incluso en medio de una tragedia nacional. Mientras el huracán Melissa deja destrucción, pérdidas humanas y materiales en el oriente cubano, La Habana parece más preocupada por controlar el relato y reafirmar su “soberanía” que por garantizar la entrada inmediata de ayuda al pueblo que la necesita.
