¡Hasta los militares recogen la basura! Así luce La Habana en plena crisis sanitaria

Redacción

La basura en La Habana se ha convertido en un tema de nunca acabar, y ahora, una vez más, son los militares quienes tienen que ponerle el pecho al problema. Desde hace semanas, soldados y oficiales del Ejército Occidental están al frente de las operaciones de limpieza en varios barrios de la capital cubana, donde los desechos se amontonan sin control y las autoridades no parecen encontrar una solución duradera.

La Asamblea Municipal del Poder Popular de Centro Habana publicó en Facebook imágenes del más reciente “golpe de higienización” en el Consejo Popular Colón, parte de lo que han bautizado como la “Operación Limpieza”. En las fotos se ven a militares, delegados y vecinos removiendo montones de basura acumulada por días, en una jornada que fue descrita como “necesaria para proteger la salud del pueblo”.

El presidente del Consejo Popular, Eduardo Reyes Barrueto, agradeció la labor del contingente y reconoció que los servicios comunales están totalmente desbordados. No hay camiones suficientes, ni combustible, ni personal para recoger los residuos que se multiplican por toda la ciudad. Dicho en buen cubano: están tapando el hueco con lo que haya.

Mientras tanto, el gobierno lanzó otro plan experimental llamado “Operación Campana”, que busca recoger basura durante la noche en las zonas donde el tendido eléctrico está soterrado. Según las autoridades, si este sistema funciona, podrían ampliarlo a otros municipios. Pero el problema sigue siendo el mismo de siempre: la falta de equipos y gasolina. Sin eso, no hay plan que aguante.

La situación sanitaria de La Habana ya es una bomba de tiempo. Tanto así, que el propio Miguel Díaz-Canel ha tenido que convocar reuniones de emergencia, exigiendo “control y disciplina” a las instituciones estatales. En una de esas reuniones, transmitida por la prensa oficial, el mandatario pidió “identificar las dificultades con nombres y apellidos”, aunque la mayoría de los habaneros ya sabe de sobra cuáles son: falta de gestión, desinterés y abandono.

De acuerdo con cifras oficiales, hasta el 26 de octubre se habían recogido más de 396,000 metros cúbicos de basura desde que comenzó la campaña intensiva de limpieza. Pero basta con salir a la calle para notar que los basureros improvisados y los contenedores desbordados siguen ahí, adornando esquinas, solares y aceras.

En algunos barrios más apartados, el Ministerio de Transporte ha tenido que improvisar, usando viejos contenedores convertidos en cajas basculantes y hasta carretas tiradas por caballos para recoger los desechos. Todo un retroceso digno de película postapocalíptica.

Lo más preocupante es que el uso del Ejército en estas tareas ya no parece una medida temporal. En los últimos años, los uniformes verdes se han vuelto parte del paisaje urbano, no solo recogiendo basura, sino también distribuyendo alimentos, apagando incendios o controlando emergencias. Cada vez más, las tareas civiles en Cuba dependen del orden militar.

Mientras tanto, los habaneros siguen viviendo entre montones de desperdicios, malos olores y enjambres de mosquitos. Muchos ya ni se sorprenden al ver a soldados haciendo el trabajo que antes correspondía a los servicios comunales. En una ciudad donde la limpieza depende de la disciplina castrense más que de la gestión civil, parece que lo único que no se recicla es la responsabilidad del gobierno.

Habilitar notificaciones OK Más adelante