La Cruz Roja lanza llamado urgente para recaudar 18 millones de dólares para los damnificados por el huracán Melissa en Cuba

Redacción

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) anunció un llamado de emergencia para recaudar 18 millones de dólares, destinados a socorrer a las más de 100 mil personas afectadas por el devastador paso del huracán Melissa por el oriente cubano.

El ciclón, uno de los tres más potentes en la historia meteorológica de Cuba, dejó tras de sí un escenario de destrucción total, profundizando la crisis sanitaria y humanitaria que ya golpeaba al país por los brotes de dengue, chikungunya y oropouche.

Un plan de acción a largo plazo

El organismo internacional detalló que su plan de acción tendrá una duración de dos años, dividido en tres etapas: respuesta inmediata, recuperación temprana y fortalecimiento de la resiliencia comunitaria.

El presidente ejecutivo de la Cruz Roja Cubana, Carlos Pérez Díaz, explicó que continúan las operaciones de auxilio, priorizando la entrega de kits de emergencia, el acceso a atención médica, apoyo emocional y agua potable para las familias más golpeadas.

La organización ya tiene más de mil kits de ayuda familiar pre-posicionados en las provincias del este, listos para su distribución en cuanto las condiciones lo permitan.

Acciones contra el colapso sanitario

Ante el aumento de enfermedades transmitidas por vectores, la Cruz Roja coordinará con el Ministerio de Salud Pública —controlado por el régimen cubano— acciones para reforzar la vigilancia epidemiológica, asegurar el suministro de agua limpia y reactivar los servicios médicos mediante unidades móviles. También se prevé la rehabilitación de sistemas comunitarios de agua y campañas para controlar los mosquitos.

El apoyo internacional incluye, además, reparación de techos, entrega de herramientas para la reconstrucción y la instalación de bombas solares de agua en las zonas donde el suministro eléctrico sigue inestable.

Un país golpeado y sin capacidad de respuesta

El huracán Melissa llega apenas un año después del paso del huracán Oscar (2024), que ya había dejado severos daños en el oriente del país. Esta nueva tragedia ha demostrado, una vez más, la incapacidad del régimen cubano para proteger a su población ni garantizar una recuperación digna.

Según datos del propio Ministerio de la Construcción (Micons), se registran 1.318 derrumbes totales y 1.142 daños parciales, sumando un total de 16.464 viviendas afectadas en provincias como Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas y Guantánamo.

Sin embargo, los reportes oficiales del gobierno se quedan cortos ante la magnitud del desastre que muestran los testimonios de los propios cubanos en redes sociales, donde abundan imágenes de barrios arrasados, calles inundadas y familias sin refugio ni alimentos.

La solidaridad que llega del exterior

Mientras el régimen apenas emite consignas, la ayuda real llega del exterior. China y Venezuela, sus aliados de siempre, enviaron cargamentos de alimentos, medicinas y materiales de construcción, aunque la transparencia sobre su distribución genera dudas.

Por su parte, Noruega donó 400 mil dólares, y varias agencias de la ONU y la Iglesia Católica activaron canales paralelos de asistencia, tratando de garantizar que la ayuda llegue directamente a los damnificados, sin pasar por las manos del Estado cubano.

Desde Miami, la comunidad cubana impulsa la campaña “Ayuda para el Oriente de Cuba”, mientras la UNICEF confirmó el envío de kits de higiene infantil.

A pesar de la llegada de donaciones internacionales, muchos temen que el gobierno intervenga y monopolice la distribución, como ha ocurrido en crisis anteriores, dejando al pueblo nuevamente en la sombra.

Porque en Cuba, como siempre, la solidaridad del mundo choca con la opacidad y el control político del régimen, que prioriza su imagen antes que la vida de su gente.

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