La desesperación se ha apoderado de una familia en el municipio de Río Cauto, en Granma, después de que un trabajador saliera a cumplir con su jornada laboral y nunca regresara. Su hija, completamente angustiada, clama por ayuda y exige respuestas ante el silencio y las contradicciones de las autoridades, que hasta ahora no han dado una versión clara sobre el paradero de su padre, Pablo López Infante.
En un video compartido en Facebook, la joven relató que han pasado más de 72 horas sin saber nada concreto. Su padre, operador de una subestación eléctrica en la zona de Miradero, quedó atrapado por la crecida del río Cauto durante su turno de trabajo. Según contó, estaba junto a un custodio “atrapado en la placa de la subestación”, mientras el agua subía sin control.
Lo último que supieron de él fue gracias a un testigo que lo vio “encima de un techo” intentando ponerse a salvo. Desde entonces, nada. Solo promesas incumplidas, mensajes confusos y una familia al borde del colapso. En su video, la joven pide desesperadamente que las autoridades actúen y que la población ayude a difundir su caso. “Necesito que alguien me diga algo claro”, ruega con la voz entrecortada.
La confusión es total. Según la denuncia, la “presidenta” del municipio le dijo que su padre “era un héroe” que decidió quedarse en su puesto. Más tarde, el jefe de subestaciones en Bayamo aseguró que “no cabía en el helicóptero” que llegó a la zona. Y, para rematar, un oficial militar le informó que su padre “está en Río Cauto”. Tres versiones distintas, ninguna comprobable.
Mientras tanto, las autoridades han prometido enviar “un helicóptero” o “una lancha” para rescatarlo, pero nada de eso ha sucedido. El barrio sigue anegado y los vecinos, junto a la familia del desaparecido, se sienten abandonados. La joven insistió en que su padre “nunca se negó a trabajar”, incluso después del paso del huracán Melissa, y cuestionó duramente la falta de coordinación: “Mi papá no puede perder la vida por una mala decisión de un organismo”.
La situación en Río Cauto es crítica. Las lluvias intensas y el desbordamiento del río han dejado calles y viviendas bajo el agua. Los vecinos describen un panorama “nunca visto”, donde las autoridades aseguran que “todo está controlado”, pero los videos muestran otra realidad: personas huyendo como pueden, zonas incomunicadas y una comunidad pidiendo auxilio.
A pesar de los comunicados oficiales que afirman que el nivel del río comenzó a descender, las denuncias siguen llegando. Una de ellas lo resume todo con rabia y desesperación: “Díganme que esto es mentira… ustedes dicen que todo está en calma, pero aquí la gente se está yendo como puede. ¡Qué cara más dura tienen!”.
Mientras las autoridades intentan mostrar control, una familia espera noticias que podrían cambiarlo todo. Pablo López Infante aún no ha sido encontrado, y su hija no se rinde: sigue alzando la voz por él, por la verdad y por todos los que en Río Cauto siguen atrapados entre el agua y la incertidumbre.










