Chikungunya en Cuba: el ensayo clínico que llega cuando los hospitales no dan abasto

Redacción

Cuba se prepara para arrancar un estudio clínico con el medicamento nacional Juzvinza, dirigido a pacientes que sufren secuelas del virus del chikungunya, según informó el Ministerio de Salud Pública (Minsap) en su página oficial. El ensayo promete evaluar la eficacia de este fármaco en el alivio de los dolores y la inflamación que persisten luego de la infección.

El plan se llevará a cabo en cuatro hospitales de La Habana y Matanzas y forma parte del sistema nacional de innovación en salud. Las autoridades aseguran que la meta es perfeccionar los tratamientos de las manifestaciones articulares que afectan a quienes sobreviven al virus, buscando mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Juzvinza, recordemos, ya se promovió en 2020 como una alternativa terapéutica producida por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), diseñada para controlar la hiperinflamación, regular la respuesta inmunitaria y disminuir el riesgo de mortalidad en pacientes de coronavirus. Ahora, el medicamento se redirige al chikungunya, en un intento por mostrar resultados positivos frente a un sistema de salud en crisis.

La decisión de iniciar este estudio llega mientras Cuba enfrenta una grave crisis sanitaria, con hospitales saturados, falta de insumos y medicinas, y un aumento exponencial de enfermedades transmitidas por mosquitos como dengue y chikungunya. Las denuncias ciudadanas se multiplican por la carencia de atención, el deterioro de las instalaciones y la corrupción en las campañas de fumigación.

La doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap, explicó que las investigaciones buscan no solo tratar los síntomas, sino también combatir la proliferación del mosquito vector y reducir las secuelas del virus. Por su parte, María Guadalupe Guzmán Tirado, del Instituto Pedro Kourí (IPK), admitió que el incremento de contagios se debe a la baja inmunidad de la población y a la alta circulación del virus en el país.

A pesar de que el Minsap presenta el ensayo como un avance científico, la realidad cotidiana pinta un panorama mucho más crudo. Los hospitales y policlínicos cubanos se encuentran desbordados, con personal exhausto y escasez de recursos, donde la prevención y el tratamiento dependen más de la iniciativa ciudadana que de la respuesta institucional. Mientras se anuncian estudios y ensayos clínicos, los pacientes esperan medicamentos, atención y soluciones que aún parecen lejos de llegar.

En definitiva, el estudio con Juzvinza representa un intento de mostrar avance médico en medio de una crisis sanitaria que sigue golpeando a la isla, dejando en evidencia la tensión entre la ciencia que se anuncia y la urgencia de la población que sufre día a día los efectos del chikungunya y otras enfermedades.

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