El influencer y opositor cubano Alexander Otaola volvió a levantar la voz tras el anuncio de ayuda humanitaria de Estados Unidos a Cuba, luego del devastador paso del huracán Melissa, que dejó a miles de familias sin hogar, sin comida y sin electricidad en el oriente del país.
Durante su programa Hola! Ota-Ola, el comunicador cuestionó duramente las condiciones bajo las cuales será distribuida la asistencia, advirtiendo que no debe pasar por el régimen de Miguel Díaz-Canel, sino por aliados de Washington dentro de la isla.
“La ayuda debe canalizarse por la Embajada de Estados Unidos en Cuba, la Base Naval de Guantánamo y organizaciones religiosas, pero ahí tengo mis reservas, porque recuerden que una vez enviamos cinco contenedores de ayuda a través de iglesias cristianas y esas instituciones no pudieron defender los envíos”, señaló Otaola, recordando un precedente que, según él, terminó en corrupción y desvío de recursos.
“Esa vez se movilizó Miami entero, donamos cosas básicas. Las ayudas las retuvieron en el puerto de Mariel, le dieron mil justificaciones a la iglesia y al final nunca se supo dónde pararon las cosas de los contenedores”, lamentó el presentador, quien considera que el sistema cubano no tiene credibilidad ni transparencia en la gestión de donaciones.
Este domingo, el Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó la entrega de tres millones de dólares en asistencia humanitaria para los damnificados por Melissa. Según precisó la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental (WHA), el apoyo será distribuido en coordinación con la Iglesia Católica, algo que ha generado debate dentro del exilio.
Un día antes del anuncio, Otaola ya había advertido sobre el riesgo de confiar en las autoridades cubanas. “Luego venden la ayuda en las tiendas en dólares, y los familiares en Cuba tienen que comprar lo que usted donó”, denunció el influencer.
También explicó que algunos negocios privados en Estados Unidos pueden enviar ayuda bajo licencias expeditas, aunque recalcó que eso no garantiza que los recursos lleguen a los necesitados.
En su criterio, los cubanos “no necesitan un colchón nuevo, necesitan libertad”, y los daños ocasionados por el huracán “son responsabilidad de una dictadura que oprime y utiliza al pueblo”.
Otaola propuso que la asistencia se entregue directamente por activistas de organizaciones opositoras dentro del país. “Los de Cuba Decide, UNPACU y otros grupos deberían ser quienes repartan la ayuda. Ellos sí tienen contacto real con la gente”, afirmó.
Mientras tanto, la situación en las provincias orientales sigue siendo crítica, con comunidades enteras incomunicadas, sin electricidad ni agua potable, y miles de personas que lo han perdido todo.
Desde La Habana, Miguel Díaz-Canel respondió con su acostumbrado discurso político, afirmando que “Cuba agradece cualquier ayuda siempre que sea sincera y con respeto a nuestra soberanía y leyes”, mensaje que muchos interpretaron como una negativa velada a aceptar las condiciones de Washington.
En medio del desastre y las tensiones políticas, el pueblo cubano sigue esperando una ayuda que realmente llegue a sus manos —y no, como tantas veces, a los almacenes del régimen.







