Protestas en Guayos tras la suspensión de las tradicionales parrandas: “Muerte a la tradición”

Redacción

El pueblo de Guayos, en Sancti Spíritus, está que arde. La suspensión de las tradicionales parrandas, una de las fiestas más queridas del centro de Cuba, desató una ola de protestas y reclamos tanto en las calles como en las redes sociales.

Vecinos y usuarios en internet expresaron su indignación por la medida, que consideran una falta de respeto a una tradición centenaria. Las Parrandas de Guayos, que este año cumplían su aniversario número 100, fueron canceladas sin explicación clara, justo cuando los barrios parranderos ya tenían todo listo para celebrar.

El perfil cultural “Nos Vamos de Parrandas”, dedicado a promover estas festividades, confirmó la noticia con un mensaje cargado de tristeza: “Sabemos que esta fiesta mayor es fruto del trabajo incansable de sus barrios durante todo el año; por eso duele aún más este segundo aplazamiento”.

Aunque no se ha anunciado una nueva fecha, los organizadores mantienen la esperanza de que pronto se aclare la situación y que Guayos pueda celebrar como se merece, a la altura de su historia.

Pero el pueblo no esperó. En Facebook, desde la página “Guayos”, publicaron un mensaje corto pero demoledor: “Suspendidas las Parrandas de Guayos. Muerte a la tradición”. Esa frase encendió las redes.

En los comentarios, abundaron las críticas y los llamados a la unidad. Tania Castro pidió que el pueblo se levante en defensa de su fiesta: “Únanse, parranderos y pueblo de Guayos, y reclamen sus parrandas”.

Otra vecina, Olimpia Pérez, exigió respeto al esfuerzo popular: “Terminen ya de dar las parrandas y no dilaten más ese lindo momento; las condiciones están listas y el pueblo lo merece”.

Más directo fue José Luis Guerra, quien reclamó que la celebración siga adelante “sin depender de los comunistas”, reflejando el hartazgo con las decisiones del aparato estatal que controla la vida cultural del país.

Mientras tanto, Yadira Marín insistió en que no hay motivos para otro aplazamiento: “Todos queremos la parranda el día 8. Hay mucho trabajo y sacrificio de ambos barrios, que sea una celebración justa para que el pueblo disfrute”.

La suspensión de las parrandas no solo deja al pueblo sin su fiesta, sino que evidencia la desconexión entre las autoridades y la gente común, que ve en estas celebraciones una forma de resistencia cultural y de alegría popular frente a la crisis que vive Cuba.

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