La crisis eléctrica en Cuba se agrava con cada día que pasa. La Unión Eléctrica (UNE) reconoció este martes nuevas averías en varias unidades generadoras del país, lo que ha empeorado la ya caótica situación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y mantiene a buena parte de la isla sumida en apagones interminables.
Según el comunicado oficial publicado en Facebook, las unidades 1, 4 y 6 de Energás Jaruco salieron repentinamente de servicio “por causas que se investigan”, mientras que la Unidad 6 de la CTE Máximo Gómez, en Mariel, quedó fuera por una “falsa señal de vacío en el horno”. La empresa estatal no ofreció mayores detalles sobre la magnitud de las fallas ni los plazos para su recuperación.
El país en penumbras
Antes incluso de estos nuevos problemas, el SEN ya operaba al límite, con un déficit superior a los 1.100 megavatios (MW). La UNE reconoció que el servicio estuvo afectado durante las 24 horas del lunes y que la madrugada de este martes 4 de noviembre transcurrió con apagones totales en buena parte del territorio.
La máxima afectación se registró sobre las 6:20 de la tarde del lunes, cuando 1.205 MW quedaron fuera del sistema. Mientras tanto, los 22 nuevos parques solares fotovoltaicos apenas generaron 1.970 megavatios hora (MWh), equivalentes a una potencia máxima de 378 MW, cifra insignificante ante el enorme déficit nacional.
A las seis de la mañana de este martes, la disponibilidad total del SEN era de 1.470 MW, frente a una demanda de 2.220 MW, lo que provocó una afectación inmediata de 780 MW. Según las proyecciones de la propia UNE, el déficit podría aumentar hasta 830 MW en las próximas horas.
Fallos, mantenimiento y falta de combustible
Entre las principales incidencias reportadas se encuentran averías en la Unidad 6 de la termoeléctrica Máximo Gómez (Mariel), la Unidad 2 de Felton (Holguín) y la Unidad 5 de Diez de Octubre (Camagüey). Además, continúan en mantenimiento la Unidad 2 de la CTE Santa Cruz y la Unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos.
Las limitaciones térmicas ascienden a 560 MW fuera de servicio, mientras que la escasez de combustible mantiene paralizadas 54 centrales de generación distribuida (434 MW) y otras 147 MW están detenidas por falta de lubricantes. En total, 581 MW permanecen afectados por estos motivos.
Para el horario pico, la UNE prevé la entrada de apenas 50 MW de motores inactivos y el regreso parcial de la Unidad 6 de Mariel, con 80 MW adicionales. Aun con esas incorporaciones, la disponibilidad máxima alcanzaría solo 1.600 MW, frente a una demanda estimada de 2.700 MW, lo que implicará apagones de hasta 1.170 MW durante la noche.
Oriente en apagón total
Las provincias del oriente cubano —desde Las Tunas hasta Guantánamo— continúan prácticamente a oscuras desde finales de octubre, cuando el huracán Melissa arrasó con el sistema eléctrico y dejó un rastro de destrucción. Pese al trabajo de brigadas enviadas desde otras provincias, los avances han sido lentos y miles de familias siguen sin electricidad ni comunicaciones.
Un sistema al borde del colapso
La crisis eléctrica, que se arrastra desde hace años, vuelve a mostrar el colapso estructural del modelo energético cubano, corroído por la falta de inversión, el deterioro tecnológico y la corrupción estatal.
Mientras el régimen intenta justificar los apagones con “causas técnicas y meteorológicas”, la realidad es que Cuba no tiene un sistema eléctrico capaz de sostenerse por sí mismo, y los cubanos pagan las consecuencias cada noche, en un país donde la oscuridad ya se ha vuelto parte de la rutina.










