María Elena no tuvo los quince que había soñado, pero sí uno que jamás olvidará. La joven, oriunda de Río Cauto, terminó celebrando su cumpleaños en un centro de evacuación en Las Tunas, luego de que el huracán Melissa arrasara con buena parte del oriente cubano.
Su historia, compartida por CNC TV Granma, se convirtió en un símbolo de esperanza y de la fuerza solidaria del pueblo, que no deja morir la alegría ni siquiera entre paredes de refugio y días de incertidumbre.
La idea surgió del colectivo Sx.fotos, que junto a varios emprendedores y pequeños negocios locales, decidió regalarle a la muchacha una fiesta sorpresa. Tienda Victory, Toronto Star Bar, Sublimarte, Decoración Tunas Marle ArteFiesta, Sandra Repostería e Insumos de Pastelería y el emprendedor Amauris Cervantes se sumaron para donar productos y servicios. Entre todos lograron convertir un centro de evacuación en un salón de fiesta improvisado.
Durante la celebración, un funcionario del régimen —presente en el acto— agradeció “el esfuerzo colectivo y la colaboración de todos los involucrados”. “Gracias, gracias”, repitió, mientras los vecinos y familiares aplaudían y coreaban canciones junto a la cumpleañera.
La música, la comida, los globos y hasta un pastel artesanal pusieron color a una jornada marcada por la empatía y la ternura del pueblo tunero, que encontró una manera de celebrar la vida en medio del desastre.
El huracán Melissa dejó una estela de destrucción en Holguín, Santiago de Cuba y Granma, pero también despertó una ola de solidaridad ciudadana. En Las Tunas, bicitaxistas ayudaron a trasladar familias damnificadas que llegaron sin pertenencias ni recursos. La Iglesia Metodista de Cuba organizó entregas de alimentos y artículos básicos en varias comunidades afectadas, mientras la iniciativa “Huellas” lanzó una campaña para recolectar ropa, zapatos y víveres.
Desde el exterior, cubanos emigrados también han tendido la mano. Uno de ellos, radicado en Estados Unidos, logró enviar ayuda a más de 60 familias en el municipio de Mayarí, Holguín, mediante remesas personales destinadas a comprar comida y útiles domésticos.
Estas acciones, surgidas desde la propia sociedad civil, han llenado el vacío dejado por la ineficiencia del aparato estatal. En un país donde la respuesta institucional brilla por su ausencia, los gestos humanos —como el de María Elena y sus quince— se vuelven una muestra de resistencia, cariño y esperanza.










