“Alain Daniel se confiesa: ‘Ahora estoy más atrás que la pizarra del Latino’ y revela su lado más humano 💔”

Redacción

Hubo un tiempo en que Alain Daniel sonaba en todas las emisoras de Cuba. Su voz potente, curtida entre los metales de Bamboleo y la energía del cabaret Parisien, lo convirtió en una de las figuras más queridas de la música cubana de los 2000. Pero el artista que hacía bailar a medio país tuvo que enfrentar un giro inesperado: la pandemia. Y ese silencio mundial, que para muchos fue pausa, para él se convirtió en un punto de quiebre.

Cuando el mundo se apagó en 2020, también lo hizo su carrera. Alain decidió mudarse a Estados Unidos con su familia buscando estabilidad, pero lo que parecía un nuevo comienzo en Henderson, Nevada, terminó siendo una etapa durísima. “El no tener las cámaras, los ensayos, las grabaciones, las fotos, las actuaciones… todo eso me colapsó”, confesó en el programa La casa de Maka. Llegó a pasar nueve meses sin salir de casa, atrapado entre la nostalgia y una depresión que lo obligó a repensarlo todo.

Los aplausos desaparecieron y el silencio tomó su lugar. Fue entonces cuando Alain, siempre inquieto, empezó a explorar otros caminos: el mundo de las finanzas. Buscaba un nuevo propósito, algo que le devolviera el control que la música y la pandemia le habían quitado. Pero no todo salió como esperaba. “He ganado mucho dinero, pero ya no queda nada”, admitió sin filtros. “Invertí en la bolsa de valores de Nueva York y, aunque al principio me fue bien, después perdí. Ahora estoy más atrás que la pizarra del Latino”, soltó entre risas y resignación.

De esa etapa amarga nació algo poderoso: su primer libro, titulado “¿Eres exitoso? Ya sé; pregunta complicada”, publicado en febrero de 2024 con prólogo del psicólogo Manuel Calviño. En sus páginas, Alain se desnuda emocionalmente y reflexiona sobre el éxito, el fracaso y la delgada línea que los separa. “El libro fue mi desahogo, una forma de contar mis defectos y experiencias para entender que a veces caer también es parte de crecer”, explicó.

Lejos de rendirse, el artista se reinventó. Completó estudios en administración de empresas, marketing digital y redacción SEO en universidades de Colombia y España. Ese mismo espíritu curioso que lo llevó de los solares de Santos Suárez a los escenarios más importantes del país, hoy lo impulsa a crear desde nuevos espacios.

Formado en el Conservatorio Guillermo Tomás de Guanabacoa, Alain se fue de Cuba con solo 17 años para probar suerte en México. A su regreso, trabajó con agrupaciones como La Constelación, Yumurí y sus Hermanos y el mismísimo El Tosco. Pero su gran salto fue con Bamboleo, donde su carisma y voz lo catapultaron al éxito antes de lanzarse como solista en 2005.

Hoy, a sus 48 años y residiendo en Miami, Alain Daniel vuelve a mirar atrás con serenidad. Tras un divorcio, muchos tropiezos y un valiente proceso de reconstrucción, en agosto regresó a Cuba para reencontrarse con su madre y su público. Aquella noche no fue solo un concierto: fue su manera de decir que sigue de pie. Porque el verdadero éxito —como él mismo aprendió— no siempre está en los grandes escenarios, sino en tener el coraje de levantarse después de caer.

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