En medio del desastre que dejó el huracán Melissa en el oriente de Cuba, las autoridades del municipio de Moa, en la provincia de Holguín, anunciaron con gran alarde el envío de una “caravana solidaria” hacia la vecina localidad de Sagua de Tánamo, una de las más afectadas por el ciclón.
El reportaje, transmitido por la televisión estatal, mostró a la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Moa destacando el gesto como una “muestra de hermandad revolucionaria”. La funcionaria detalló que la ayuda incluía masa de croquetas, trocitos de fruta bomba, pan y dos pipas de agua potable, productos que, según dijo, “contribuirán a aliviar la difícil situación” de los sagüeros.
Sin embargo, para muchos cubanos, la escena no generó orgullo sino indignación y sarcasmo. En redes sociales, varios usuarios se burlaron de lo que consideraron una “caravana simbólica”, más propagandística que efectiva. “¿Croquetas y fruta bomba para una tragedia humanitaria? Eso es una burla”, escribió un internauta.
Moa y Sagua de Tánamo se encuentran a unos 37 kilómetros de distancia, un trayecto que normalmente se recorre en poco más de 40 minutos. Mientras Moa es una ciudad industrial con una economía centrada en la minería del níquel y el cobalto, Sagua es una zona rural dedicada a la agricultura y la ganadería, actualmente devastada por las inundaciones y los derrumbes.
El paso del huracán Melissa dejó graves afectaciones en las infraestructuras viales de todo el oriente cubano. En Las Tunas, el tramo entre la cabecera provincial y Puerto Padre se mantiene apenas transitable por la acumulación de agua en el puente Plan Lechero. En Granma, las carreteras Bayamo–Cauto Embarcadero y Cauto Embarcadero–Límite con Las Tunas están severamente dañadas, restringiendo el paso a vehículos especializados.
La carretera Moa–Baracoa, esencial para conectar el extremo oriental del país, también se encuentra comprometida. En Santiago de Cuba, las rutas principales hacia Guantánamo y Bayamo funcionan parcialmente, mientras que los accesos a El Cobre y Palma Soriano siguen en reparación.
En el sector eléctrico, Las Tunas reporta una recuperación del 94,5%, pero Granma y Holguín apenas alcanzan el 50,4% y 40,5%, respectivamente. Además, la agricultura oriental ha quedado devastada, con más de 78.700 hectáreas de cultivos dañadas, siendo el plátano el más golpeado.
Según cifras oficiales, 45.282 viviendas resultaron afectadas, la mayoría con daños en los techos, lo que ha generado una grave crisis habitacional. Las provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo concentran el mayor número de familias damnificadas, muchas de las cuales siguen durmiendo bajo lonas o refugios improvisados.







