La hija del exministro de Economía y exviceprimer ministro Alejandro Gil Fernández volvió a sacudir las redes al defender la presunción de inocencia de su padre y pedir un juicio televisado y transparente, dejando claro que no se quedará callada ante lo que considera una manipulación política.
En un mensaje publicado en sus redes sociales, la joven aseguró que su reclamo “no es político”, sino un acto de justicia y respeto a la verdad. Denunció además la campaña de odio y los ataques personales que ha recibido desde que decidió hablar, señalando que “la descalificación no reemplaza los argumentos”.
“Por fin un medio oficial entendió lo que significa la presunción de inocencia y que no se puede hablar sin fundamentos”, escribió, refiriéndose al programa Con Filo, el espacio propagandístico del régimen que, en su último episodio, reconoció —con ironía incluida— que no había información concreta sobre el caso de Gil.
El comentario de la hija de Gil fue interpretado por muchos como un golpe directo al discurso oficial, que hasta ahora se ha limitado a repetir frases vacías sin ofrecer pruebas ni detalles sobre las acusaciones.
“Me han llamado traidora, sin rodeos”, confesó la joven, quien dejó claro que su postura no obedece a intereses políticos, sino al amor y la lealtad hacia su familia. Según explicó, su exigencia de un juicio público se apoya en el derecho ciudadano a conocer los hechos y las pruebas reales: “Si algo es secreto de Estado, ni siquiera debería haberse mencionado”.
La joven también señaló que reclamar justicia, transparencia y derechos humanos no es un acto de rebeldía, sino de dignidad. En tono firme, pidió que no se use el dolor ajeno como excusa para “politiquería barata”, y recordó que el respeto al debido proceso debería aplicarse para todos los ciudadanos, sin importar su apellido o posición.
A pesar de los insultos, agradeció las numerosas muestras de apoyo y solidaridad recibidas, asegurando que son esas voces las que le dan fuerza para seguir adelante. “Quien empieza algo está obligado a terminarlo”, escribió, dejando claro que su lucha no se detendrá.
Con su pronunciamiento, la familia Gil vuelve a poner sobre la mesa los dos temas que el régimen evita discutir: la transparencia del proceso y el respeto a la presunción de inocencia. Y aunque la prensa oficial intente suavizar la historia, lo cierto es que el reconocimiento —aunque tibio— del principio de inocencia por parte de un medio estatal deja en evidencia las grietas dentro del propio aparato de propaganda.
El exministro lleva más de un año y medio tras las rejas, acusado de delitos como espionaje, malversación, lavado de activos y falsificación de documentos, entre otros. La Fiscalía presentó el caso ante el Tribunal Supremo Popular el pasado 31 de octubre, y, según declaraciones de su hermana, el juicio podría celebrarse antes de que termine el año.










