La abogada y presentadora María Victoria Gil Fernández rompió el silencio sobre la situación de su hermano, el exministro de Economía cubano Alejandro Gil Fernández, y aseguró que su estado físico y emocional es “lamentable”. Según relató en entrevista con CiberCuba, Gil “ha bajado 50 libras”, “ha perdido todo el cabello en un año” y se encuentra recluido en una “cárcel de altísima seguridad”.
María Victoria contó que la familia solo puede verlo “cada 15 días, durante 15 minutos”, según lo ha confirmado su sobrina. En esos breves encuentros lo ha notado “totalmente destruido” y aún “asombrado” por la gravedad de las acusaciones que enfrenta, entre las que se incluye el delito de espionaje, por el cual la Fiscalía pide cadena perpetua.
La abogada, que reside en España, confesó que su relación con el exministro había sido distante durante los últimos años, pero aseguró que todo el proceso judicial ha estado marcado por un fuerte “secretismo”. Dijo que no tuvo certeza de su detención hasta que la televisión oficial emitió la nota informativa.
Según su testimonio, Alejandro Gil fue arrestado el 7 de marzo de 2024, apenas un mes después de ser destituido como ministro. Desde entonces, el contacto con la familia ha sido limitado y vigilado. “Me he sentido relegada… ha sido un silencio absoluto”, afirmó.
María Victoria recalcó que el cargo de espionaje es uno de los más severos en el Código Penal cubano, pues puede acarrear la pena máxima, y cuestionó la acusación: “No lo veo capaz”, dijo al describir a su hermano como una persona “muy noble”. Sin embargo, reconoció que debe “pagar por sus errores” si se le prueban delitos económicos, aunque pidió que no se le utilice como “chivo expiatorio” de un sistema que —según ella— comparte responsabilidades.
También recordó cómo se enteró de los primeros pasos del caso: “Su destitución fue el 2 de febrero, y en marzo ya la televisión decía que había reconocido errores graves”. Pero, aclaró, “reconocer errores no es aceptar delitos”.
La hermana del exministro cuestionó la “falta de transparencia” y advirtió que el juicio podría realizarse a puertas cerradas, algo que considera un intento de “apresurar el proceso” y evitar el escrutinio público.
Además, confesó que la familia ha sufrido rechazo social y aislamiento desde la detención. “Llegué a perder el contacto con mi sobrina durante meses”, comentó, en medio de un ambiente de miedo e incertidumbre.
Pese a las diferencias con su hermano y a sus críticas al papel que desempeñó en la debacle económica del país, María Victoria reiteró su apoyo a su derecho a defenderse y pidió que el proceso se conduzca “con respeto al debido proceso y garantías para su integridad física”.
El exministro Alejandro Gil Fernández permanece en prisión provisional desde hace más de un año y medio, acusado de espionaje, malversación, cohecho, evasión fiscal, lavado de activos y falsificación de documentos públicos, entre otros delitos. La Fiscalía presentó las actuaciones ante el Tribunal Supremo Popular el 31 de octubre, y, según confirmó su hermana, el juicio se celebrará antes de que termine el año.










