Un nuevo vuelo de deportación llegó este jueves al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana con 232 migrantes cubanos retornados desde Estados Unidos, en lo que constituye la décima operación aérea de repatriación realizada en 2025 desde territorio norteamericano.
El Ministerio del Interior (MININT) confirmó la información a través de su perfil oficial en Facebook, precisando que entre los deportados se encuentran 189 hombres, 42 mujeres y un menor de edad. Tres de ellos fueron entregados a los órganos de investigación por estar presuntamente vinculados a delitos cometidos antes de salir del país.
Con este vuelo, ya suman 38 operaciones de devolución desde distintos países de la región hacia Cuba en lo que va de año, con un total de 1,376 personas repatriadas.
En su comunicado, el MININT insistió en el discurso habitual del régimen: reafirmó su “compromiso” con una migración “regular, segura y ordenada” y advirtió sobre los riesgos de las salidas ilegales del país, especialmente las travesías marítimas rumbo a Estados Unidos.
Sin embargo, detrás de esa retórica se esconde una realidad más dura: miles de cubanos siguen huyendo de la isla, impulsados por la crisis económica, la falta de libertades y la represión política.
Esta deportación —la más numerosa del año— confirma el endurecimiento de la política migratoria estadounidense desde la llegada de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025. Según datos oficiales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y del propio MININT, entre enero y noviembre se han ejecutado diez vuelos de deportación con 1,231 migrantes cubanos retornados, superando las cifras de todo el mandato anterior de Joe Biden.
Los vuelos de repatriación se habían reactivado en abril de 2023 tras varios años suspendidos, durante la administración demócrata. En ese período se realizaron 21 operaciones con 978 personas devueltas a la isla.
Desde entonces, las cifras mensuales de deportaciones han ido en aumento: 119 en enero, 104 en febrero, 60 en marzo, 82 en abril, 130 en mayo, 89 en junio, 118 en julio, 161 en agosto, 136 en septiembre y 232 en noviembre.
El repunte evidencia que Washington aplica ahora una línea mucho más estricta con los migrantes cubanos, en un contexto en que el régimen de La Habana se beneficia políticamente de cada retorno al presentarlo como muestra de “cooperación bilateral”, mientras mantiene intactas las causas que empujan a miles de ciudadanos a lanzarse al mar o a cruzar selvas y fronteras en busca de libertad y futuro.










