Durante una visita de Miguel Díaz-Canel al poblado de El Cobre, en Santiago de Cuba, un joven aprovechó el recorrido presidencial para encarar al mandatario y denunciar el abandono total de su comunidad después del paso del huracán Melissa.
En un video difundido por el usuario Omar Sayut Taquechel, se escucha al vecino exigir que el gobernante conozca la verdadera situación del lugar: “No ha ido nadie. Nos dejaron solos. Aquí hay niños, más de 2,000 personas, y nadie ha venido a atendernos”, expresó visiblemente indignado.
El joven explicó que los residentes se han visto obligados a organizarse por su cuenta para ayudar a las familias afectadas: “Hay casas en el piso con niños, familias que perdieron todo… pero no me corresponde a mí ir casa por casa, yo no formo parte de lo que reparten”, señaló frente a Díaz-Canel, sin titubear.
Según relató, en su vivienda hay personas evacuadas sin atención oficial, y el delegado del área “no ha pasado por allí”. También denunció que no existen vías de acceso ni caminos transitables, y pidió que no intentaran callarlo mientras hablaba: “Yo vivo allá arriba, y no ha ido nadie. Solo quiero que tengan conocimiento de lo que está pasando”, insistió con firmeza.
El testimonio, hecho cara a cara con el gobernante, retrata la desesperación y el hartazgo de una población que asegura haber sido abandonada a su suerte. “¿Y la fuerza? ¿Quién inspira al pueblo?”, cuestionó el joven, mientras pedía respuestas concretas a las autoridades.
En medio del caos, el vecino denunció además que hay médicos trabajando enfermos de dengue y niños que “llevan cuatro días en la orilla del camino” esperando ayuda.
El reclamo se centró especialmente en la zona de Guamuta, donde los residentes aseguran que no ha llegado la asistencia estatal ni se han organizado labores de rescate ni distribución de alimentos.
El encuentro concluyó con un llamado desesperado del joven: “Presidente, permiso, a ver si puedo hablar… Yo les voy a decir la verdad aquí, normal”.
El paso del huracán Melissa dejó una devastación generalizada en los municipios de Guamá, El Cobre y Tercer Frente, donde los derrumbes, ríos desbordados y caminos destruidos mantienen a varias comunidades incomunicadas.
Aunque el régimen asegura que “nadie quedará desamparado”, las imágenes y denuncias desde el oriente del país revelan una realidad muy distinta, marcada por el abandono, la falta de recursos y la autogestión de los propios vecinos ante la ineficacia del Estado.
