Evacuados del municipio Río Cauto, en la provincia de Granma, han denunciado en redes sociales que fueron abandonados a su suerte, sin agua, comida ni refugio digno, después del paso del huracán Melissa, que dejó tras de sí un panorama de destrucción e inundaciones en la región oriental.
En un video difundido en el grupo de Facebook Revolico Guamo, varios damnificados contaron su amarga experiencia: “Aquí nos dejaron, en Las Torres, con niños, embarazadas, impedidos físicos. Estamos al sol esperando que venga un transporte de Jobabo, como si no valiéramos nada. A nadie le importa, esto es triste y sin esperanzas”.
El Consejo de Defensa Municipal aseguró que más de 7.700 personas fueron evacuadas hacia centros de protección o casas de familiares, pero muchos de ellos aseguran que las condiciones fueron precarias y deshumanas. Algunos, al ver que el transporte prometido nunca llegaba, decidieron regresar caminando por las vías del tren bajo el sol, desesperados por volver a sus casas y comprobar si sus viviendas habían resistido el embate del ciclón.
Una escena de abandono y miseria
Las imágenes compartidas desde Río Cauto, Los Indios, El Mango, Guamo y Cautillo son desoladoras: lodo por todas partes, animales muertos, pestes, letrinas desbordadas y riesgo de enfermedades. En varias comunidades, el olor a podredumbre se mezcla con el cansancio y la frustración de quienes lo perdieron todo.
“El Mango de Río Cauto está desolado, sin agua potable ni comida, con bacterias y pestes por todas partes”, escribió una vecina en redes sociales. Los comentarios se llenaron de mensajes desesperados que exigían la presencia de las autoridades. “Aquí nadie del gobierno ha tenido el valor de venir a ver nuestra situación”, lamentó otra afectada.
El régimen, ausente y sin respuestas
Los testimonios coinciden en que las ayudas se concentran en las cabeceras municipales, mientras las zonas rurales permanecen abandonadas, sin colchones, sin ropa y sin alimentos básicos. “Todo lo que teníamos se perdió bajo el agua. Nadie nos ayuda, nadie nos escucha”, denunció una madre con tres hijos pequeños.
El huracán Melissa provocó graves daños materiales en toda la provincia de Granma, dejando miles de familias sin techo ni recursos. Sin embargo, el régimen no ha ofrecido ninguna información concreta sobre cómo enfrentará la crisis de vivienda ni sobre las condiciones de los albergues temporales donde deberían permanecer los damnificados.
Mientras tanto, crece la indignación popular y el sentimiento de abandono total. Una vez más, el discurso oficial de “resistencia” y “unidad revolucionaria” se estrella contra la dura realidad de un pueblo que sobrevive entre el barro, la miseria y el olvido.










