Maduro envía 5,000 toneladas de ayuda a Cuba tras el huracán Melissa, pero crece la desconfianza entre los cubanos

Redacción

El dictador venezolano Nicolás Maduro volvió a tenderle la mano a su aliado en La Habana con el envío de un buque cargado con 5,000 toneladas de ayuda humanitaria, según informó la televisora estatal Telesur. El cargamento, coordinado a través de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), partió desde el puerto de La Guaira con destino a la isla para “apoyar las labores de recuperación tras el paso del huracán Melissa”.

De acuerdo con el reporte, el envío incluye alimentos, medicinas, enseres básicos y juguetes, además de una brigada eléctrica especializada que viaja a bordo para colaborar en la reparación del sistema energético colapsado en el oriente del país. “Este apoyo forma parte del compromiso de solidaridad entre nuestros pueblos”, aseguró el secretario ejecutivo del ALBA, Rander Peña.

Venezuela ya había enviado un primer lote de 26 toneladas, y con este segundo despacho busca reforzar la cooperación con el régimen cubano en un momento en que la devastación de Melissa ha dejado miles de damnificados, viviendas destruidas y comunidades aisladas.

Ayuda internacional y solidaridad desde el exilio

En paralelo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) entregó la pasada semana un cargamento de ayuda médica en La Habana destinado a más de 90,000 personas afectadas, mientras desde Madrid, activistas cubanos exiliados impulsaron una recogida de artículos de primera necesidad para apoyar a los damnificados.

Estas iniciativas se suman a los esfuerzos internacionales por aliviar la emergencia, que mantiene a provincias como Granma, Holguín y Santiago de Cuba en una situación crítica, con falta de alimentos, medicinas y transporte para distribuir la ayuda.

Desconfianza dentro de la isla

Aun así, muchos cubanos no confían en que la ayuda llegue realmente a quienes más la necesitan. En redes sociales abundan las denuncias sobre desvíos de donaciones, favoritismo político y manejo opaco de los recursos por parte de las autoridades locales.

El Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) habilitó una cuenta en pesos cubanos (CUP) para recibir donaciones nacionales, pero los ciudadanos temen que el dinero termine en manos del aparato estatal y no en las familias afectadas. “Queremos que la ayuda se entregue directamente a los damnificados, no a los burócratas”, reclamó un internauta.

Otros exigen que el régimen elimine los aranceles y trabas burocráticas para la entrada de materiales de construcción y donativos internacionales, algo que el gobierno continúa regulando con rigidez.

Mientras los discursos oficiales hablan de “solidaridad entre pueblos hermanos”, en las calles de Oriente el pueblo cubano sigue esperando —con hambre y sin techo— que la ayuda prometida deje de ser noticia y se convierta en realidad.

Habilitar notificaciones OK Más adelante