El transporte ferroviario en Cuba volvió a recibir otro duro golpe. Apenas tres días después del accidente del tren de pasajeros “El Espirituano” cerca de Placetas, una locomotora de carga se descarriló la madrugada de este sábado en Villa Clara, dejando paralizado durante horas el tránsito del tren nacional que cubre la ruta Holguín–La Habana.
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, informó que el suceso ocurrió a las 2:50 a.m. del 8 de noviembre, cuando el tren extra 83, con locomotora 52501 y 22 carros cargados de contenedores, se salió de la vía en el kilómetro 264,6 de la Línea Central, a la altura de la estación Esperanza, en el municipio Santa Clara.
Aunque no hubo heridos ni daños graves en la infraestructura, el incidente obligó a suspender la circulación por más de cuatro horas, afectando a decenas de pasajeros que viajaban rumbo a la capital. Para restablecer el tráfico ferroviario, las autoridades enviaron locomotoras de apoyo desde Santa Clara y Jovellanos y anunciaron la creación de una comisión investigadora para esclarecer las causas del siniestro.
La Dirección de los Ferrocarriles de Cuba pidió disculpas a los viajeros y aseguró que la locomotora fue trasladada a talleres para una revisión técnica.
Una seguidilla de accidentes que alarma a los cubanos
Este nuevo descarrilamiento ocurre solo tres días después de que el tren “El Espirituano”, que cubre la ruta La Habana–Sancti Spíritus, se saliera de la vía en el municipio de Placetas, también en Villa Clara. En esa ocasión, uno de los cuatro coches del convoy se descarriló a apenas 500 metros de la estación de Cumbre, lo que obligó a trasladar a los 80 pasajeros en ómnibus hasta su destino.
Los descarrilamientos, cada vez más frecuentes en la isla, reflejan el colapso de una infraestructura ferroviaria envejecida y sin mantenimiento, donde los problemas mecánicos, eléctricos y estructurales son ya parte de la rutina. A ello se suman la escasez de materiales, los actos de vandalismo y la falta de personal calificado, factores que mantienen al sistema ferroviario en una crisis permanente.
Mientras el gobierno promete nuevas inversiones y medidas preventivas, los cubanos siguen viajando con el temor de quedar varados en medio del país, a bordo de trenes que alguna vez fueron símbolo de progreso y hoy son la imagen del deterioro nacional.










