La madrugada del pasado miércoles dejó un doloroso recuerdo en San Antonio de los Baños, Artemisa. Un joven cubano de apenas 28 años perdió la vida de manera trágica tras intoxicarse con monóxido de carbono provocado por una planta eléctrica que decidió encender dentro de su propia vivienda. La noticia fue compartida inicialmente en redes sociales por el activista Adelth Bonne Gamboa, causando conmoción entre la comunidad.
Según relató Gamboa, el joven, identificado como Elsito, colocó la planta eléctrica dentro de su casa para evitar que se la robaran y luego se fue a dormir, sin imaginar la fatal consecuencia de su decisión. Los gases tóxicos que emite este tipo de equipo en espacios cerrados pueden ser letales, y lamentablemente, en este caso así fue.
Elsito fue encontrado inconsciente y trasladado rápidamente al hospital, pero llegó con un paro respiratorio y falleció minutos después. La noticia provocó tristeza y alerta entre los vecinos y usuarios de redes sociales, muchos de los cuales compartieron experiencias similares y advirtieron sobre los peligros de usar generadores eléctricos en interiores. Un internauta recordó: “En Güira hace unos años pasó un caso similar, de una mamá con su niña”, un trágico recordatorio de que este tipo de accidentes pueden repetirse si no se toman precauciones.
Este incidente evidencia, una vez más, la difícil situación energética que enfrentan muchas familias en Cuba, donde la falta de suministro eléctrico constante obliga a algunos a improvisar soluciones peligrosas. Aunque las plantas eléctricas pueden ser útiles en emergencias, su uso dentro de espacios cerrados representa un riesgo mortal, como tristemente quedó demostrado.
La muerte de Elsito también sirve como advertencia para otros jóvenes y familias: el cuidado al manejar equipos eléctricos de este tipo no es negociable. Ventilar adecuadamente, colocar los generadores al aire libre y lejos de ventanas o puertas, así como mantener detectores de monóxido de carbono, son medidas básicas que pueden salvar vidas.
Más allá de la tragedia individual, el caso refleja un problema estructural en varias provincias de Cuba: la necesidad de alternativas seguras para enfrentar los cortes de energía y el desconocimiento de los riesgos que implican ciertos equipos. Las redes sociales se llenaron de comentarios de solidaridad hacia la familia de Elsito, junto a mensajes de concienciación para que este tipo de accidentes no se repitan.
En momentos así, la combinación de la precariedad, la improvisación y la falta de información puede ser fatal. La historia de Elsito nos recuerda que, detrás de cada noticia de este tipo, hay un joven con sueños, amigos y familia que lo extrañará para siempre, y que la seguridad eléctrica no es un lujo, sino una necesidad urgente.










