Un intento más de imponer el culto a la figura de Fidel Castro terminó en tremendo papelazo para el régimen. Una publicación de Cubadebate en Facebook, que convocaba a un concurso de décimas “en honor al Comandante”, desató una ola de críticas, sarcasmos y rechazo popular, dejando en evidencia el hartazgo de los cubanos frente a la propaganda oficialista.
El medio estatal invitaba a escribir poemas dedicados al “hombre que entendió y defendió la cultura como alma de la nación”, como parte de las actividades rumbo al centenario del dictador en 2026. Pero lo que el régimen esperaba que fuera un homenaje, se convirtió en un muro de quejas y mofas.
“Cuba está en decadencia total, la cultura del hambre, los apagones y la miseria, eso es lo que hay”, escribió un usuario con evidente frustración. Otro ironizó: “Atiendan compadre al televisor, que Palmas y Cañas no me pierdo yo”, en referencia al viejo programa campesino usado también como vehículo de propaganda.
Algunos cubanos aprovecharon el propio formato del concurso para convertir la poesía en denuncia. Uno escribió: “Oh comandante, cómo no recordarte… en cada noche de apagón, en cada día sin agua, en cada olla vacía, en cada niño que llora por un vasito de leche”. La firma: “El pueblo cubano”.
Otros fueron más contundentes: “Un maldito que engañó a un pueblo”, “El hp que destruyó Cuba”, o “Solo se le puede pedir al Diablo que no lo suelte jamás”. Un comentario que se volvió viral resumió el sentimiento general: “Más del 70% de los cubanos enfermos, el 80% sin luz, sin comida ni medicinas… ¡y ustedes comiendo pinga con Fidel!”.
En medio de la avalancha de indignación, apenas unos pocos comentarios a favor lograron aparecer, con frases como “#FidelPorSiempre”, perdidos entre decenas de respuestas cargadas de rabia, ironía y decepción.
Otros usuarios contrastaron la convocatoria “heroica” con la cruda realidad del país. “En 66 años no han logrado que un niño tenga un pan con tortilla y un vaso de leche antes de ir a la escuela”, escribió un lector. “Con tanta hambre que hay…”, añadió una usuaria.
El tono general fue demoledor. “#AbajoFidel, que su piedra aguante por los siglos de los siglos”, escribió uno. “Ahora quieren que le rindamos tributo a Satanás”, dijo otro. Una mujer resumió el sentir colectivo con tres palabras: “Qué vergüenza”.
Estas reacciones no son aisladas. En los últimos meses, la propaganda del régimen ha provocado respuestas cada vez más críticas. Ocurrió cuando Díaz-Canel soltó su famosa frase “los principios no se comen”, o cuando el doctor Francisco Durán fue señalado por mentir sobre la fumigación del dengue. También cuando las FAR publicaron un mensaje sobre Angola diciendo: “Solo trajimos a nuestros muertos”.
El culto a Fidel, además, ha vuelto a ser visible en eventos públicos. En Bayamo, durante la Fiesta de la Cubanía, militares desfilaron con una gorra del dictador dentro de una urna de cristal, y poco después, vecinos realizaron un ritual espiritista invocando al “Padre Fidel”, algo que generó tanto burla como repudio.
La brecha entre la propaganda oficial y la realidad del pueblo nunca había sido tan grande. Mientras el régimen insiste en glorificar al hombre que hundió al país, la gente en la calle lidia con apagones, hambre y desesperanza. En las redes, donde el control del discurso se les escapa, la poesía revolucionaria se ha transformado en reclamo popular.
Y en lugar de odas al “comandante eterno”, el verso que hoy se escucha en Cuba es otro: uno de rabia, cansancio y libertad.










