La 64 Serie Nacional de Béisbol volvió a paralizarse este fin de semana, pero esta vez no por la lluvia ni por problemas de transporte, sino por algo mucho más serio: un brote de enfermedades virales que tiene fuera de juego a varios peloteros, entre ellos los tres receptores del equipo de Granma. La noticia fue confirmada tanto por medios oficiales como por periodistas independientes.
El narrador deportivo de Mayabeque, Wilber Pastrana, dio la voz de alarma en redes sociales el sábado, informando que los juegos previstos en el estadio Nelson Fernández quedaban suspendidos. “¡Último minuto! No se juega ni hoy ni mañana. Varios atletas de Granma enfermos. Entre ellos, los tres receptores del equipo… La salud de los atletas siempre será lo primero”, escribió Pastrana en su cuenta de Facebook, sin especificar la enfermedad exacta.
Según reportes de Cubanet y otros medios alternativos, el motivo de las suspensiones apunta a la grave crisis epidemiológica que azota al país, donde circulan simultáneamente virus como el dengue, el zika y el chikungunya. Lo que antes eran brotes esporádicos, hoy se ha convertido en un caos sanitario que ya afecta no solo a hospitales y escuelas, sino también al béisbol, ese “orgullo nacional” que el régimen siempre utilizó como vitrina de su supuesta eficiencia.
El periodista Mario Pentón, desde Miami, confirmó que se trata de un brote de arbovirosis —enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti— que ha afectado a varios peloteros, obligando a cancelar los partidos. “La 64 Serie Nacional enfrenta nuevas suspensiones debido a un brote que ha enfermado a varios jugadores, entre ellos los tres receptores del equipo de Granma”, escribió Pentón en sus redes.
Pero el problema no se queda en el diamante. Hasta el Ballet Nacional de Cuba tuvo que cancelar sus presentaciones del fin de semana, luego de detectarse contagios entre sus integrantes. Todo esto mientras el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) admite cifras alarmantes: más de 20 mil casos de chikungunya en todo el país, con La Habana, Matanzas, Camagüey, Cienfuegos, Artemisa y Villa Clara entre las provincias más afectadas. Según la viceministra Carilda Peña García, el 62% de los focos del mosquito se concentran en La Habana, Santiago de Cuba, Camagüey y Villa Clara.
El MINSAP promete lo de siempre: fumigaciones intensivas, operativos con estudiantes de Medicina y hasta experimentos con el fármaco Jusvinza en Matanzas, pero en la calle la historia es otra. Vecinos de Santiago, La Habana y Villa Clara denuncian fumigaciones a medias, sobornos a fumigadores y falta total de medicamentos básicos.
La realidad es que el sistema de salud cubano está colapsado. La corrupción, la escasez y la negligencia estatal han transformado lo que antes eran simples brotes en crisis sanitarias recurrentes que afectan hasta el deporte nacional. El béisbol, ese símbolo de orgullo revolucionario, hoy se convierte en otro reflejo de un país enfermo y de un gobierno incapaz de cuidar siquiera lo que tanto presume.







