Régimen asegura que más del 60% del Oriente de Cuba ya cuenta con corriente eléctrica en sus hogares tras el paso del huracán Melissa

Redacción

Doce días después del paso del huracán Melissa, el régimen intenta vender como “avance” el hecho de que apenas un 65 % de los clientes de la Empresa Eléctrica en el oriente cubano haya recuperado el servicio. La realidad, sin embargo, sigue siendo una mezcla de apagones interminables, daños sin reparar y un Sistema Electroenergético Nacional (SEN) al borde del colapso.

En Holguín, una de las provincias más golpeadas, alrededor de 100 mil hogares continúan sin electricidad, aunque la empresa estatal asegura haber restablecido el 74 % del servicio y reconectado la provincia al SEN. La buena noticia duró poco: junto con la reconexión regresaron los apagones por déficit de generación, con cortes programados de hasta 50 megawatts entre las 4:00 y 8:00 de la tarde, divididos en bloques de dos horas.

Pero ni siquiera esos horarios se respetan. Según el parte de la Unión Eléctrica (UNE), el país vive otra jornada de apagones de 24 horas, con una afectación máxima de 1,404 MW el sábado en la noche. Este domingo, el déficit se mantiene en 1,380 MW, dejando a millones de cubanos en la oscuridad.

Los daños provocados por el huracán siguen afectando la generación en toda la región oriental: 405 MW permanecen fuera de servicio desde Las Tunas hasta Guantánamo. Entre las principales afectaciones figuran averías en las unidades 3, 5 y 6 de la CTE Antonio Maceo (Renté, Santiago de Cuba) y en la unidad 2 de Felton (Holguín).

A esto se suman mantenimientos programados en las plantas Antonio Guiteras (Matanzas), Ernesto Che Guevara (Mayabeque) y Carlos Manuel de Céspedes (Cienfuegos), lo que agrava aún más la crisis.

Como si fuera poco, la falta de combustible y lubricantes mantiene paralizadas 72 centrales de generación distribuida (568 MW) y otras 96 MW por falta de aceite, lo que deja 664 MW fuera del sistema solo por escasez de recursos.

En La Habana, la situación tampoco mejora. La Empresa Eléctrica de la capital reconoció que el sábado hubo apagones durante 18 horas y media, con una afectación máxima de 215 MW a las 6:30 p.m. El servicio se restableció cerca de las 2:00 de la madrugada del domingo, aunque la población ya sabe que la “normalidad” solo dura hasta el próximo corte.

Mientras la propaganda oficial celebra “la recuperación eléctrica” en el oriente del país, los cubanos siguen cocinando a oscuras, durmiendo sin ventiladores y viendo cómo se pudre la comida en los refrigeradores. La reconstrucción avanza a paso de tortuga, y la supuesta “recuperación” no es más que otro intento del régimen de disfrazar la incapacidad estructural de un sistema energético quebrado por décadas de mala gestión, corrupción y abandono.

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