Los vecinos de Cárdenas, Matanzas, amanecieron esta semana con una sorpresa que despertó desconcierto y preocupación: el monumento a la bicicleta, uno de los íconos culturales más emblemáticos de la ciudad, ha desaparecido sin explicación oficial.
La escultura, una bicicleta de gran tamaño construida en metal, fue obra de los artistas locales Wachi y Antonio Luis, concebida como un homenaje a la identidad cardenense y a la histórica relación de la ciudad con este medio de transporte. Por décadas, la pieza presidió una de las principales avenidas y se convirtió en símbolo de esfuerzo, sencillez y movimiento, valores profundamente arraigados en la vida de los habitantes.
Cárdenas ha sido conocida en toda Cuba como “la ciudad de las bicicletas”, título ganado gracias al uso masivo de este vehículo en la vida cotidiana, desde los años del Período Especial hasta hoy. Más que una obra artística, el monumento representaba la resistencia y el ingenio popular, testimonio de una comunidad que aprendió a avanzar pese a las dificultades.
La desaparición repentina ha generado un fuerte debate entre los residentes, quienes han expresado su malestar en redes sociales. Muchos lamentan la pérdida de un símbolo que formaba parte del patrimonio local y de la memoria colectiva. “Era más que una escultura, era parte de nuestra historia”, escribió un vecino en una publicación que se viralizó en la ciudad.
Hasta ahora, ninguna autoridad ha aclarado las razones del retiro ni el destino final de la obra. Algunas versiones sugieren que podría haber sido trasladada para restauración, aunque no hay confirmación oficial.
El vacío que deja la bicicleta monumental va más allá de lo visual: es la desaparición temporal de un símbolo de libertad, perseverancia y espíritu comunitario, un recordatorio de la historia y la identidad de Cárdenas que hoy queda suspendida, a la espera de respuestas que aún no llegan.







