Camagüey amaneció este martes con el susto de su vida. En pleno reparto Montecarlo, justo al lado del edificio donde se pagan los servicios eléctricos, una fuerte explosión rompió la tranquilidad de la mañana y dejó a un hombre herido.
Según las primeras versiones, el estallido se habría producido mientras el trabajador realizaba labores de limpieza y desbroce en un área verde, cuando —sin imaginarlo— se topó con lo que parecía ser una granada.
El periodista José Luis Tan Estrada fue uno de los primeros en informar del suceso. De acuerdo con una fuente cercana citada por él, la víctima perdió varios dedos de una mano debido a la explosión y fue trasladada de urgencia al hospital provincial. Hasta ahora no se han dado detalles sobre su estado de salud, aunque los vecinos aseguran que “milagrosamente salvó la vida”.
A los pocos minutos del estallido, la zona quedó completamente acordonada. Llegaron patrullas, peritos, agentes del Ministerio del Interior y curiosos que, como buenos cubanos, no podían quedarse sin averiguar “qué pasó”. Las imágenes del sitio comenzaron a circular rápidamente en Facebook, y el comentario general era uno: “¡Eso fue una bomba!”
Sin embargo, la historia comenzó a tomar otro giro. Algunos residentes y usuarios en redes aseguraron que lo que explotó no fue una granada, sino un petardo o algún tipo de artefacto pirotécnico mal manipulado. “¿Granada? No, mi vida, si hubiera sido una granada no quedaba ni el edificio”, escribió una internauta en los comentarios. Otro añadió: “Eso fue un petardo. Lo dijo la policía misma”.
Lo cierto es que sí hubo una explosión y sí hay un herido, pero el origen sigue siendo un misterio. Las autoridades no han emitido un parte oficial ni confirmado de qué tipo de objeto se trataba. Mientras tanto, la zona permanece bajo investigación, y los vecinos del Montecarlo todavía cuentan el susto con el corazón en la garganta.
Este tipo de incidentes no es nuevo en Cuba. Hace apenas unas semanas, una potente explosión sacudió el municipio de Camajuaní, en Villa Clara, cuando un almacén de pirotecnia ardió en llamas. El estallido provocó una enorme columna de humo visible a varios kilómetros, obligando a evacuar viviendas cercanas por el riesgo de propagación del fuego.
En el caso de Camagüey, todo apunta a que pudo tratarse de un objeto explosivo olvidado o manipulado sin precaución, algo que pone en evidencia el peligro que suponen los residuos de pirotecnia o artefactos sin control.
Por ahora, la víctima se recupera mientras la policía analiza restos del artefacto para determinar qué fue lo que realmente detonó.
Entre tanto, los vecinos del Montecarlo siguen mirando con desconfianza cada pedazo de metal en el suelo… no vaya a ser que el “petardo” tenga más historia de la que parece.







