Después del paso del huracán Melissa, que arrasó con buena parte del oriente cubano, una voz desde Santiago volvió a sacudir las redes. Se trata de Yurisleidis Remedios, una madre cubana que, cansada del silencio oficial y de la miseria que la rodea, decidió decir lo que muchos piensan, pero pocos se atreven a gritar: “Nos estamos muriendo de hambre”.
Su video, publicado en Facebook, se volvió viral en cuestión de horas. Con una mezcla de dolor, rabia y coraje, Yurisleidis arremetió contra Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta, acusándolos de vivir ajenos al sufrimiento del pueblo. “Tenemos un presidente de porquería, que no le importa si los niños o los ancianos se mueren de hambre”, dijo sin pelos en la lengua.
Desde el barrio Altamira, esta madre cubana describió un panorama que corta el alma: casas destruidas, calles anegadas, hospitales desbordados y ninguna ayuda real del gobierno. Según ella, la única respuesta ha venido de artistas, vecinos solidarios y voluntarios que, con sus propios medios, han intentado aliviar la tragedia.
“El caradura de presidente que tenemos se ha sentado con las manos cruzadas a mirar cómo los actores y otros países hacen el trabajo que él no hace”, soltó indignada. Y no le faltó razón: mientras figuras del arte se movilizan para llevar comida y donaciones a Holguín y Santiago, las autoridades brillan por su ausencia.
Yurisleidis contó que las morgues están colapsadas. Asegura que hay más de 60 muertes diarias por enfermedades y hambre, y que incluso se están enterrando personas de madrugada, directo del hospital al cementerio. Una imagen escalofriante, que refleja el deterioro total del sistema de salud y la desesperanza que viven miles de familias.
A eso se suma la falta de electricidad y de gas, que obliga a muchos a cocinar con leña. Los niños asmáticos se ahogan entre el humo, los alimentos se pudren sin refrigeración y las supuestas donaciones internacionales… nadie sabe dónde fueron a parar.
“¿Dónde están las donaciones que se dieron para el oriente del país?”, pregunta ella, con esa mezcla de impotencia y coraje que solo una madre desesperada puede expresar.
Y mientras el gobierno reparte apenas una libra de pollo y una de picadillo por persona —comida que se echa a perder en horas—, Díaz-Canel aparece en la televisión hablando de “resistencia y esperanza”.
“Necesitamos un presidente con dignidad”, exige Yurisleidis, quien no dudó en comparar a Díaz-Canel con Nayib Bukele, el presidente salvadoreño que, según ella, sí se preocupa por su pueblo. “Queremos a alguien como Bukele, no a un presidente que no se respeta ni a sí mismo”, sentenció.
No es la primera vez que esta mujer levanta la voz. En 2022 ya había denunciado que debía cocinar con leña por falta de gas licuado, pese a vivir con tres niños pequeños. En aquel entonces dijo algo que sigue retumbando hoy: “Resistiendo, esta miseria es continuidad.”
Hoy, su voz suena más fuerte, más cansada, pero también más valiente. Desde una ciudad donde el hambre y la enfermedad hacen estragos, Yurisleidis Remedios se ha convertido en símbolo de una Cuba que, a pesar del miedo, ya no se calla.
“Queremos libertad, queremos un país mejor. No queremos seguir muriéndonos de hambre”, concluyó.
Y aunque el gobierno haga oídos sordos, su grito ya dio la vuelta al mundo.







