El gobierno cubano anunció para este miércoles una “Mesa Redonda” dedicada a la situación epidemiológica y la estrategia para enfrentarla, justo cuando la crisis por las arbovirosis desborda hospitales y multiplica el descontento popular.
Según el comunicado oficial, directivos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y “expertos en arbovirosis” comparecerán desde las 6:30 p. m. por Cubavisión, Radio Rebelde y los canales institucionales, en un intento por “explicar la estrategia” del régimen ante el brote de dengue, chikungunya y Oropouche.
Sin embargo, la convocatoria llega tras el reconocimiento oficial de que la epidemia está fuera de control, con transmisión activa en más de 30 municipios del país y hospitales colapsados por la falta de personal, sueros y medicamentos básicos.
Para muchos analistas y ciudadanos, este nuevo espacio televisivo no es más que una maniobra propagandística para retomar el control del relato y preparar el terreno ante posibles medidas restrictivas, muy similares a las impuestas durante la pandemia de COVID-19.
En su reciente reunión con científicos, Miguel Díaz-Canel ya había anticipado el enfoque del plan oficial al afirmar que se enfrentaría la epidemia “como mismo se trabajó la COVID”, una frase que desató alarma entre los cubanos, recordando los toques de queda, los cercos sanitarios y el control militarizado de los barrios.
Lejos de generar confianza, la convocatoria a la Mesa Redonda aumenta el malestar popular, pues la población percibe que el régimen vuelve a responder con propaganda y secretismo a una emergencia sanitaria real. No existen cifras oficiales sobre contagios ni fallecidos, y los reportes ciudadanos describen funerarias llenas, falta de médicos y comunidades enteras afectadas.
Mientras el aparato mediático se dispone a repetir su discurso de “ciencia y disciplina”, la realidad en los hospitales y barrios del país es otra: falta todo, y el pueblo —una vez más— enfrenta solo el peso de una crisis que el régimen intentó esconder hasta que fue imposible negarla.
