“Viviendo como un rey en Cuba”: el Cadillac que hizo estallar las redes en Holguín

Redacción

En Cuba, donde un litro de aceite puede costar medio salario y los apagones se sienten como parte del paisaje, ver un Cadillac de lujo rodando por las calles no pasa desapercibido. Y si encima el dueño se graba diciendo que está “viviendo como un rey”, pues ya te imaginarás el revuelo.

El video, compartido en TikTok por el usuario @descubriend0cuba, muestra a un cubano en Holguín saliendo tranquilamente de un Cadillac reluciente, con una sonrisa de oreja a oreja, camiseta negra y un sombrero que completaba su “look de millonario”. Sobre el clip aparece una frase que lo dice todo: “Viviendo en Cuba como un rey”.

Bastó esa escena de unos pocos segundos para que las redes se incendiaran. Miles de usuarios comenzaron a comentar, algunos impresionados por el lujo, y otros indignados por la evidente desigualdad. Porque mientras unos hacen magia para conseguir un litro de leche o una libra de pollo, otros parecen moverse en otro planeta… o al menos en otra Cuba.

Y es que, seamos honestos: un Cadillac en la isla no es precisamente algo común. Estos autos, símbolo del lujo y del poder adquisitivo en Estados Unidos, tienen precios que pueden superar con facilidad el valor de una casa en Holguín o incluso en La Habana. Entonces, la pregunta que muchos se hicieron fue inevitable: ¿de dónde salió ese carro y cómo llegó hasta ahí?

Algunos usuarios en los comentarios no tardaron en soltar ironías:

“Definitivamente, vivir como un rey en Cuba es tener dólares, familia en el extranjero o muy buenas conexiones.”
“Ese Cadillac es el nuevo símbolo del turismo revolucionario.”
“Mientras unos andan en bicicleta pinchada, otros se pasean como si estuvieran en Miami.”

Otros, sin embargo, defendieron al dueño, argumentando que “si trabajó duro o recibió ayuda de afuera, bien por él”. Lo cierto es que el clip no dejó a nadie indiferente.

En medio de un país donde la desigualdad se siente cada día más, ver a alguien paseando en un carro de lujo se convierte casi en un espectáculo. Para algunos, un símbolo de esperanza o superación; para otros, una muestra dolorosa de lo mucho que se ha roto la balanza social en Cuba.

Sea como sea, este Cadillac de Holguín logró lo que pocos: convertirse en tendencia y poner sobre la mesa una conversación incómoda pero necesaria. Porque mientras unos “viven como reyes”, otros siguen esperando que, al menos, vuelva la corriente.

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