El exmayor del MININT Rogelio Bolufé llega a su audiencia de deportación sin acceso a documentos clave y denuncia abusos bajo custodia de ICE

Redacción

Rogelio Enrique Bolufé Izquierdo, exmayor del MININT y exmiembro de la escolta de Fidel Castro, enfrenta este jueves una audiencia decisiva de deportación en Estados Unidos mientras asegura que no ha podido acceder a los documentos legales que podrían evitar que lo envíen de regreso a Cuba. Un regreso que, según él mismo, sería una condena a prisión, represalias y hasta muerte.

La denuncia fue revelada por Source New Mexico, que entrevistó a Bolufé por teléfono desde el Torrance County Detention Facility, un centro administrado por ICE y operado por la compañía privada CoreCivic. Allí permanece detenido desde hace semanas, en medio de lo que él describe como un patrón de negación de derechos y trabas deliberadas para impedirle preparar su defensa.

“Si regreso a Cuba, mi vida estará en peligro”, dijo en español, insistiendo en que el régimen lo espera con celda, castigo y venganza por declararse disidente y apoyar a Donald Trump.

El penal donde está recluido ni siquiera tiene contrato vigente desde el 31 de octubre, tras el cierre parcial del Gobierno federal. Aun así, ICE mantiene a más de 500 migrantes en ese lugar. Las condiciones han sido tan cuestionadas que el senador demócrata Martin Heinrich pidió la retirada inmediata de todos los detenidos hasta que el contrato sea restablecido.

Pero, según Bolufé, la crisis no es nueva. Asegura que él y otros migrantes llevan semanas sin poder contactar bien a sus abogados, sin acceso a la biblioteca legal y sin recibir materiales jurídicos. Su expareja, Haymel de la Vega, envió libros y documentos que nunca llegaron a sus manos.

En una carta firmada por él y otros seis detenidos, denunció llamadas telefónicas de mala calidad, interrupciones de funcionarios durante consultas con abogados y más de 30 solicitudes sin respuesta para acceder a la biblioteca legal. “En la práctica, es imposible acceder a la biblioteca”, escribió.

Bolufé también afirma que antes de ser trasladado a Nuevo México estuvo detenido en la temida “Alligator Alcatraz”, donde, según él, estuvo encadenado hasta 36 horas, con temperaturas heladas, luces encendidas todo el tiempo y guardias que gritaban insultos racistas. Dice que perdió movilidad en una mano y todavía sufre dolor y entumecimiento.

Entre los documentos que ICE no le permite recibir hay testimonios de personas que vivieron abusos similares, pruebas que podrían ser determinantes ante el juez de inmigración Brock E. Taylor.

Su pasado, como casi todo lo relacionado con el aparato militar cubano, está rodeado de sombras. Fue mayor del MININT, estuvo más de 15 años en la seguridad personal de Fidel Castro, e incluso llegó a vivir temporalmente en casa del propio dictador. Un hombre del círculo más íntimo del poder.

Pero cuando llegó a Estados Unidos en 2020, su discurso fue errático y contradictorio. Decía que venía a “hacer a Cuba libre”, pero al mismo tiempo decía sentirse orgulloso de su carrera dentro del régimen. Varios analistas incluso sugirieron que podía tratarse de un doble agente. En Miami, sin documentos, sin permiso de trabajo y sin estatus migratorio, se movió en círculos del exilio y aparecía en fotos con Sandro Castro y otros miembros del clan familiar.

Su caída ocurrió en agosto de 2025, cuando fue detenido en Miami-Dade por posesión de cocaína tras un control policial. Bolufé aseguró que la droga no era suya, pero eso no impidió que ICE lo tomara en custodia. Entonces salió a la luz que vivía completamente fuera del marco legal: sin residencia, sin visa, sin permiso de trabajo.

Para empeorar su situación, el régimen cubano lo incluyó en su Lista Nacional de Personas Vinculadas al Terrorismo, acusándolo de supuestos planes de sabotaje. Una etiqueta que lo coloca en un limbo peligroso: Cuba lo quiere como “terrorista”, mientras ICE considera deportarlo no a la isla, sino a México o Ecuador, países por donde transitó.

A pocas horas de la audiencia que definirá su destino, Bolufé repite que solo puede esperar un milagro.

“Pido oraciones, porque Dios está con nosotros todo el tiempo”, dijo al medio estadounidense.

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