Después del último intento del régimen por poner a El Toque en el ojo del huracán, presentándolo en la televisión estatal como si fueran responsables de un “terrorismo económico”, el medio independiente no se quedó callado. Su respuesta no solo desmonta la narrativa oficial, sino que expone la irracionalidad absoluta de la campaña en su contra.
“Hay más lógica en quienes creen que la Tierra es plana que en quienes depositan su fe ciega en Humberto López y en el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana”, arranca El Toque, apuntando directamente al corazón de la maquinaria propagandística. Esa misma maquinaria que necesita inventar enemigos para tapar un derrumbe económico que no sabe ni cómo explicar ni cómo resolver.
El medio recuerda algo que parece obvio, pero que el régimen prefiere ignorar: “Debatir con personas irracionales es estéril: donde uno expone argumentos, ellos solo ven excusas”. Y es justo eso lo que hace la televisión estatal: en lugar de mostrar datos reales, tiran teorías conspirativas, narrativas sin prueba y acusaciones absurdas, intentando convertir a un medio crítico en la causa de todos los problemas estructurales del país.
La ironía se hace metáfora: “Si después de ver otro show de un espacio que cuenta un país que no existe, usted decide creer que El Toque y sus creadores son la causa de todos sus males, adelante. Camine hasta el borde de ese ‘plato’ que cree es el planeta”. Una manera de mostrar cómo hay quienes, aunque tengan toda la evidencia delante, prefieren culpar a un tipo de cambio publicado en redes antes que asumir la responsabilidad del Gobierno en décadas de empobrecimiento y caos.
El mensaje central llega como un golpe de realidad: “Sus emociones no cambiarán dos hechos: la Tierra es esférica y el elefante seguirá ahí, en medio de su habitación”. Ese elefante no es otra cosa que la crisis estructural de Cuba: inflación desbordada, desabastecimiento crónico, salarios pulverizados, apagones constantes, migración masiva. Toda una realidad que ni el despliegue mediático más espectacular puede ocultar.
En un país donde el oficialismo criminaliza y demoniza cualquier voz crítica, El Toque deja claro lo evidente: no importa cuántas veces repitan la misma mentira en la televisión estatal, la realidad sigue ahí, insistente e imposible de borrar.
Y por si quedaba alguna duda, cierran con una frase que deja claro que esto no ha terminado: “Mañana le dedicamos otro momento”.










