La central termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas, logró este jueves sincronizarse nuevamente al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), esta vez con una carga inicial de apenas 44 megawatts, después de completar los ajustes técnicos anunciados por sus directivos.
La propia planta confirmó la noticia en su página de Facebook, donde detalló que la sincronización se realizó a las 14:59 horas, luego de concluir el cambio de configuración previsto.
La Guiteras, conocida por ser la mayor termoeléctrica del país, había salido del SEN el sábado pasado a las 2:30 de la madrugada por lo que las autoridades describieron como un “mantenimiento ligero”. Un detalle curioso, considerando que ese “mantenimiento ligero” incluía más de 500 acciones correctivas, según Rubén Campos Olmo, director general de la industria.
En teoría, la planta debería haber regresado el miércoles, pero como ya es costumbre, el cronograma oficial no se cumplió. Finalmente logró incorporarse este jueves, entre los rezos de medio país preguntándose cuántas horas va a durar esta vez.
Aunque hoy está generando 44 MW, el régimen volvió a prometer que “pronto” la Guiteras duplicará su generación, pasando de 120 a 240 MW. Pero esa promesa es pura cosmética. No se trata de un aumento real, sino de recuperar lo que la planta debería producir en condiciones normales y que no logra mantener por su estado crítico y el eterno parcheo.
El gobierno también anunció que la Guiteras tiene programado un mantenimiento general para finales de 2025, como si el país pudiera esperar un año más de apagones eternos y colapsos técnicos. Mientras tanto, los cubanos siguen contando cada megawatt como si fuera oro, mientras el SEN patina entre averías, salidas imprevistas y promesas vacías.
La sincronización de hoy no es un logro. Es otro capítulo del mismo ciclo: arranca, se cae, prometen, se vuelve a caer. Y así, mientras la Guiteras respira con máquinas, la vida en Cuba sigue a oscuras.







