Régimen advierte a los damnificados del huracán Melissa que no regalará los colchones solo serán «subsidiados»

Redacción

En Río Cauto, provincia de Granma, las autoridades locales insistieron en que los colchones entregados a las familias afectadas por el huracán Melissa no son un regalo, sino que el Estado los “subsidia, pero no regala”.

La información fue publicada en Facebook por José Manuel Rodríguez Valdivia, empleado del gobierno local y portavoz del Departamento de Prevención y Trabajo Social.

Según Rodríguez, existen dos tipos de colchones: unos provenientes de donaciones, entregados gratuitamente, y otros adquiridos por el Estado con un precio base de 911 pesos. El funcionario explicó que el Estado subsidia el 50% del costo a quienes “tienen solvencia económica” y asume el 100% para los casos de asistencia social. Además, aseguró que se ofrecen facilidades de pago mediante tarjeta, “adaptándose a la capacidad de cada hogar”.

Sin embargo, en la práctica, muchas familias afectadas perdieron sus viviendas y pertenencias, y sobreviven con salarios estatales que no alcanzan para reponer lo perdido. El paso del huracán Melissa en octubre dejó inundaciones, daños en viviendas y pérdidas materiales significativas en comunidades como Río Cauto.

Cobrar incluso una parte del costo de los colchones a los damnificados es un golpe más a una población ya agotada, mostrando la insensibilidad del régimen ante el sufrimiento de los más vulnerables. En un país donde el salario medio apenas ronda los 6,000 pesos, exigir pagos por artículos esenciales que ya se perdieron resulta una medida fuera de toda lógica humanitaria.

Una vez más, el gobierno recurrió a su fórmula habitual tras los desastres naturales: anunciar rebajas en materiales de construcción y ofrecer créditos bancarios a quienes ya lo han perdido todo. Pero la gran pregunta sigue siendo: en una industria de materiales de construcción deprimida, ¿de dónde saldrán estos recursos?

Mientras el Estado habla de subsidios “justos”, la realidad en Río Cauto evidencia que la población sigue cargando con las consecuencias de los huracanes y de una economía que no da tregua.

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