“Sobrevivir no es ilegal”: protesta en Nueva York por los cubanos Alex y Jan, arrestados por ICE

Redacción

Ni el frío ni la nieve lograron callar las voces que se levantaron frente al edificio federal Hanley, en Syracuse, Nueva York, la noche del 11 de noviembre. Bajo la primera nevada del año, decenas de personas salieron a la calle para exigir la liberación de Alcibiades Lázaro Ramírez González y Yannier Vázquez Hidalgo, una pareja cubana recién casada detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La escena fue tan potente como simbólica: nieve cayendo sobre pancartas que pedían justicia y amor en tiempos de deportaciones.

Lo que comenzó como una simple cita migratoria terminó convirtiéndose en un caso que ha despertado una ola de solidaridad en toda la ciudad. Amigos, compañeros de trabajo, activistas y sindicatos se unieron bajo un mismo grito: “Nadie debería ser separado de las personas que ama por creer en la promesa americana”, como dijo la manifestante Melinda Person durante la protesta.

Otros, como el político local William Magnarelli, recordaron que la historia de Alex y Jan (como los llaman sus amigos) no es diferente a la de miles de inmigrantes que alguna vez buscaron refugio en Estados Unidos. “Su historia es la misma que la de generaciones de inmigrantes que vinieron a trabajar duro y buscar una vida mejor”, enfatizó.

A pesar del frío helado, la manifestación fue multitudinaria y llena de esperanza. En medio de los cánticos y los aplausos, uno de los detenidos logró comunicarse telefónicamente desde el centro de detención para agradecer el apoyo. Su voz temblorosa, escuchada entre la nieve, conmovió hasta las lágrimas a muchos de los presentes. “Seguiremos protestando hasta que sean liberados”, prometieron los asistentes.

La pareja fue arrestada el pasado 29 de octubre, durante una cita rutinaria con migración como parte de su proceso legal. Dos meses antes, acababan de casarse y trabajaban en la Universidad Médica SUNY Upstate, donde eran queridos por su solidaridad y compromiso. Nadie entendía cómo una pareja tan trabajadora y respetada terminó tras las rejas. “No son criminales, vinieron aquí para sobrevivir”, dijo su amiga y colega Ashley Clark, quien ahora lidera una campaña con el lema “Survival isn’t illegal” (“Sobrevivir no es ilegal”).

Los sindicatos United University Professions (UUP) y Civil Service Employees Association (CSEA) también se sumaron a la causa, denunciando la política migratoria que castiga incluso a quienes no tienen antecedentes penales. Ambos hombres siguen detenidos en Batavia, Nueva York, mientras esperan audiencias que podrían definir su futuro.

El miedo más grande es claro: la deportación a Cuba. Según familiares y defensores, allí fueron víctimas de persecución política y homofobia, y regresar podría significar poner en riesgo sus vidas. “Allí no hay protección ni justicia para ellos”, dijo un pariente cercano.

Hoy, mientras el invierno apenas comienza, Syracuse sigue cubierta de nieve y de esperanza. Porque en medio del frío, una comunidad entera ha dejado claro que el amor, la dignidad y la solidaridad no conocen fronteras ni permisos de residencia.

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