Régimen monta todo un acto político en medio de la calle para devolver electrodomésticos robados en San Miguel del Padrón

Redacción

En Cuba hay tradiciones que no cambian, y una de ellas son los actos públicos de la policía para devolver bienes robados. Esta vez tocó en San Miguel del Padrón, donde la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) organizó todo un evento para entregar a sus dueños varios objetos recuperados tras un robo con fuerza en una vivienda del reparto La Corea. Sí, un acto con vecinos, banderas y funcionarios, porque en la isla hasta devolver un televisor se convierte en espectáculo.

Según recogió el periódico oficialista Tribuna de La Habana, el acto se realizó en plena comunidad, con la presencia de vecinos curiosos, miembros de organizaciones de masas y oficiales del Ministerio del Interior (MININT). Entre los objetos recuperados había un televisor, una olla arrocera y otros electrodomésticos. Cosas cotidianas, pero que para sus dueños representan media vida en un país donde reponer un aparato puede significar meses de sacrificio.

El medio destacó que la acción conjunta entre los jefes de sector y el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) fue “clave” para esclarecer el hecho y capturar al presunto autor. Y como era de esperar, no faltaron los agradecimientos públicos. Una vecina, Juana Pérez, ama de casa, aseguró que gracias a “la imprescindible colaboración del pueblo” pudieron identificar al ladrón y recuperar lo robado. Nada como la clásica frase que nunca falla en estos actos: pueblo y policía, unidos.

En las imágenes difundidas por Tribuna, se ve a la gente reunida frente a una casa con una bandera cubana colgada en la fachada. Los agentes del MININT, muy solemnes, muestran los objetos recuperados… colocados sobre sillas y bloques de cemento, porque en Cuba siempre hay que resolver con lo que haya. Un montaje sencillo, pero suficiente para el acto oficial.

Y ojo: esto no es un caso aislado. De hecho, es casi una especie de gira nacional del MININT. En marzo, por ejemplo, en Pinar del Río organizaron un acto para devolverle a un ciudadano unas pocas libras de carne que le habían robado después de que le desapareciera un cerdo entero. Aquella ceremonia desató todo tipo de bromas en redes sociales.

Meses más tarde, en Santiago de Cuba, hubo otro acto político para devolver siete motocicletas robadas como parte de la “Jornada Nacional contra el delito y las ilegalidades”. Todo documentado, fotografiado y publicado en medios estatales como prueba de eficiencia.

Y si seguimos recorriendo el mapa, en Sancti Spíritus organizaron una ceremonia similar para devolverle a una señora de 73 años una hornilla eléctrica y dos controles remotos. Mientras que en Granma, nada menos que 500 mil pesos fueron restituidos a un ciudadano en un acto público, con vecinos mirando y cámaras grabando.

Estos eventos, cada vez más frecuentes, forman parte de la estrategia del régimen para mostrar resultados en la lucha contra el delito. Sin embargo, la realidad es que los robos siguen aumentando y la sensación de inseguridad es mayor que nunca. Para muchos cubanos, estas ceremonias no son más que un intento de propaganda para maquillar una situación que el gobierno no ha logrado controlar.

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