Cubano podría recibir pena de muerte en Texas por brutal asesinato de un gerente de un motel en septiembre

Redacción

Cuando un crimen es tan brutal que pone los pelos de punta incluso a los policías más curtidos, sabes que algo serio pasó. Y eso es exactamente lo que está ocurriendo en Texas, donde el nombre de un cubano, Yordanis Cobos Martínez, ha vuelto a abrir un debate que en Estados Unidos nunca termina de apagarse: migración, deportaciones, fallas del sistema y responsabilidades compartidas. El hombre acaba de ser acusado formalmente de asesinato capital, un cargo que en Texas puede significar solo una cosa: la pena máxima.

La acusación llegó de la mano de un gran jurado del condado de Dallas, que lo señaló directamente por decapitar al gerente de un motel en septiembre. Sí, decapitar. Un acto tan violento y espantoso que solo leerlo provoca escalofríos. Según los medios locales Al Día Dallas y The Dallas Morning News, el ataque ocurrió delante de la esposa y el hijo de la víctima, y los investigadores describieron la escena como “atroz” y “salvaje”. Palabras fuertes… pero parece que no exageran.

Todo ocurrió la mañana del 10 de septiembre en el Downtown Suites Motel, en Samuell Boulevard. Según testigos, Cobos Martínez —quien trabajaba en el lugar— tuvo una discusión con el gerente, Chandra Mouli “Bob” Nagamallaiah, de 50 años. Lo que pasó después suena más a una película de terror que a un hecho real: salió del edificio, tomó un machete y volvió para atacar repetidamente a su jefe.

La víctima trató de huir hacia la oficina, donde estaban su esposa y su hijo, quienes desesperados intentaron intervenir. Pero el ataque continuó sin freno. The Dallas Morning News reportó que el agresor incluso pateó la cabeza del gerente después de decapitarlo, la recogió y la arrojó dentro de un contenedor de basura. El nivel de violencia dejó a toda la comunidad paralizada.

Cobos Martínez fue arrestado minutos después del crimen. Iba caminando, totalmente ensangrentado, con el machete todavía en la mano. Desde entonces está preso en la cárcel del condado de Dallas, con una fianza que supera el millón de dólares y bajo una detención migratoria (ICE hold). Y aquí empieza otra capa de esta historia: el acusado es indocumentado y ya tenía una orden de deportación previa.

La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, confirmó que Estados Unidos intentó deportarlo en 2025, pero Cuba se negó a recibirlo. Debido a eso, ICE lo liberó porque no había forma de expulsarlo en un “futuro cercano”. Aquella liberación, revelada por Fox News y CBS, ahora es objeto de fuertes críticas.

Y es que el historial de Cobos no es precisamente limpio. Tiene antecedentes por agresión, un arresto bizarro en California intentando robar un auto mientras estaba desnudo, cargos —luego desestimados— por indecencia con un menor, y arrestos en Florida por robo de vehículo y carjacking. Nada de esto prosperó legalmente… pero deja claro que el historial era preocupante.

Tras el crimen en Dallas, desde Cuba comenzaron a salir viejas historias. Una familia en Holguín denunció que Cobos habría asesinado a un hombre en 2008 y que su propio tío asumió la culpa para protegerlo. El caso nunca fue investigado a fondo, pero la acusación suma sombras a un pasado que parece extenderse mucho más allá de Estados Unidos.

Mientras tanto, la familia de la víctima, un inmigrante indio trabajador y respetado, sigue devastada. Nagamallaiah planeaba viajar a India para visitar a sus padres semanas después del ataque. Su comunidad recaudó casi 200,000 dólares para apoyar a su esposa e hijo, quienes presenciaron el horror que les cambió la vida para siempre.

El caso, como era de esperar, ha reavivado el debate migratorio en Estados Unidos. El DHS responsabilizó directamente a la administración Biden por la liberación del acusado, mientras que sectores conservadores ponen el crimen como ejemplo de los peligros de no poder deportar a ciertos inmigrantes. Del otro lado, organizaciones proinmigrantes piden no generalizar ni estigmatizar a los cubanos por un caso extremo y aislado.

Lo cierto es que esta historia no ha terminado. La acusación formal ya está presentada, y si el jurado lo declara culpable, Cobos podría enfrentar la pena de muerte. Y mientras todo avanza en los tribunales, el país entero sigue preguntándose cómo se pudo haber evitado esta tragedia… y si el sistema falló una vez más.

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