El director nacional de Epidemiología del MINSAP, Francisco Durán, salió una vez más a intentar ponerle paños tibios a una situación que ya se le fue de las manos al régimen. Reconoció que la crisis por arbovirosis como dengue y chikungunya sigue siendo “aguda”, aunque trató de maquillar el desastre hablando de una supuesta “tendencia a la disminución”. El mismo cuento de siempre.
CIFRAS QUE ASUSTAN, PERO QUE TRATAN DE SUAVIZAR
Durán negó que el 90% de la población esté contagiada, pero admitió que los estudios muestran más del 30% de infección, un número que ya sería devastador en cualquier país serio. En Cuba, donde no hay agua, no hay saneamiento y las ciudades están convertidas en vertederos, esa cifra es una alarma que el gobierno sigue ignorando.
El brote se extiende por 14 provincias, con La Habana, Matanzas y Ciego de Ávila al borde del colapso sanitario. Hospitales llenos, falta de reactivos, diagnósticos tardíos… pero el discurso oficial siempre insiste en la “normalidad”.
MATANZAS, EL EPICENTRO DEL CAOS
Según Durán, el 98,5% de los casos de chikungunya se concentran en Matanzas, La Habana, Camagüey, Cienfuegos, Artemisa y Villa Clara. Y, como era de esperarse, Matanzas está en la peor situación. Basta caminar por un barrio cualquiera para entender por qué: microvertederos por todas partes, mosquitos en manadas y salideros que llevan años sin arreglar.
EL ÚNICO RESPIRO: EL OROPNUCHE BAJA… POR AHORA
Durán mencionó como “buena noticia” que esta semana no aparecieron casos del virus Oropouche. Una luz chiquita en un país donde cada día aparece un problema nuevo, porque no se resuelven los viejos.
EL RÉGIMEN SE ESCUDA EN LA POBLACIÓN
El propio Durán reconoció que hay “dificultades en el control”, sobre todo en la recogida de basura y el ordenamiento ambiental. Básicamente, el Estado admite que no cumple con su parte… y acto seguido intenta echarle la responsabilidad al pueblo.
Mientras tanto, critica que la gente dependa de la fumigación, cuando la verdad es que el gobierno lleva años con un programa anti vectorial desmantelado, sin equipos, sin personal y sin recursos.
EL DISCURSO DE SIEMPRE: “LIMPIEN SUS PATIOS”
El epidemiólogo volvió al libreto de siempre: que si la chapita, que si el depósito de agua, que si las mangas largas. En un país donde los mosquitos crían más que las gallinas, pedirle a la gente que se proteja con repelente es casi sarcasmo.
Y por si fuera poco, pidió “solidaridad con los viejitos”. Lindo mensaje, pero vacío, cuando el Estado que él representa es el primero en abandonarlos.
LA REALIDAD: UN SISTEMA QUE NO PREVIENE NADA
El discurso del Dr. Durán deja algo clarísimo: la crisis epidemiológica no se debe solo al mosquito, sino al abandono, la suciedad y la desidia de un gobierno incapaz de garantizar lo más básico.







