Las lluvias que cayeron desde la madrugada de este sábado sobre Baracoa volvieron a poner a la ciudad de rodillas. El río Miel se desbordó otra vez, arrasando con las zonas más bajas y metiéndole miedo a la gente que ya ha vivido suficientes desastres como para saber que el Estado nunca llega a tiempo.
Reportes que circularon en Primada Visión muestran que barrios como Bohorque, Cabacú, el Reparto Dap, Dos Caminos, el área del Matadero y Vega Larga amanecieron bajo el agua. En los videos y fotos enviadas por los propios vecinos se ven casas anegadas, calles convertidas en verdaderas corrientes y familias subiendo sus cosas a donde puedan para que no se les mojen.
En Bohorque, especialmente en la Calle 7, la situación es descrita como “crítica”. Las imágenes lo confirman: el agua sigue avanzando sin freno. Vecinos denuncian que nadie del gobierno se ha aparecido por la zona y que la crecida los cogió sin aviso, sin plan de evacuación y sin el más mínimo apoyo institucional. Lo de siempre: el pueblo solo y el régimen escondido.
Baracoa, la famosa “Primada de Cuba”, ya carga con su propio historial de golpes. En los últimos años, lluvias como estas han dejado comunidades prácticamente aisladas. Lugares como Boca de Miel viven con caminos destruidos, apagones constantes y servicios que apenas respiran. Y aunque las promesas oficiales de “vamos a arreglarlo todo” se repiten cada año, nada cambia, nada mejora y nadie responde.
Ante la emergencia, medios locales han empezado a pedir que la gente evacúe las zonas inundadas, desconecte la corriente y evite caminar por el agua, que puede traer desde basura hasta corrientes peligrosas. Pero mientras tanto, los vecinos reclaman algo mucho más básico: acciones reales. Quieren que el gobierno deje la muela y finalmente se ocupe de prevenir estas inundaciones que cada año les destrozan la vida. Una demanda que el régimen ignora con la misma disciplina con la que abandona a los suyos.
Baracoa vuelve a mojarse, vuelve a sufrir… y el gobierno vuelve a quedarse inmóvil. Nada nuevo en la Cuba de hoy.
