Madre cubana es asesinada en la barriada habanera de La Güinera a manos de un hombre que se encuentra a la fuga de las autoridades

Redacción

La víctima del espantoso crimen ocurrido en La Guinera ya tiene nombre y rostro. Se llamaba Diosdeisis Sandoval Dama, tenía apenas 28 años y era madre de una niña que ahora queda marcada por una tragedia que nunca debió ocurrir. En su comunidad la querían, la respetaban y todavía hoy no encuentran palabras para describir lo que pasó.

UN ATAQUE SALVAJE EN PLENO BARRIO HABANERO

Según contaron vecinos que presenciaron los hechos, Diosdeisis fue atacada por Antonio Ferrer, conocido como Tony, hijo de una mujer a la que todos llaman La Muda. El agresor le clavó una puñalada en la ingle, una herida tan profunda que no le dio oportunidad alguna.

Un vecino mayor trató de intervenir, pero Tony lo golpeó lanzándole dos piedras al pecho que lo dejaron sin aire. La escena fue un caos. Hubo gritos, hubo intentos desesperados por ayudar, pero la joven murió allí mismo, en plena calle, como si su vida valiera lo mismo que la de tantas otras mujeres que el sistema deja a su suerte.

EL AGRESOR SIGUE SIN APARECER

Hasta ahora no hay una sola confirmación oficial sobre el paradero del atacante. No se sabe si lo detuvieron, si escapó o si las autoridades están haciendo algo más que mirar para otro lado. En el barrio reina la indignación, el miedo y el cansancio de ver cómo la justicia en Cuba casi siempre llega tarde… cuando llega.

UN PAÍS QUE NO PROTEGE A SUS MUJERES

Diosdeisis se convierte en otra víctima más de una ola de feminicidios que crece sin freno. En solo unas semanas se reportan seis o siete casos, todos documentados por plataformas independientes porque el régimen se niega a ofrecer cifras reales, niega el problema y sigue sin crear mecanismos eficientes para proteger a las mujeres.

En un país donde todo está en emergencia, la violencia machista también se ha vuelto parte del paisaje. Y cada feminicidio ocurre bajo el mismo patrón: abandono institucional, silencio oficial y dolor comunitario.

Su nombre era Diosdeisis Sandoval Dama. Su muerte no puede ser otra cifra más que el régimen esconda bajo la alfombra.

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