En La Habana, donde cada fin de semana la gente sale a “inventar” algo para llevar a la mesa, estalló una indignación colectiva que todavía está dando vueltas por todas las redes sociales. Todo comenzó con una imagen tomada en la feria de la calle Agramonte, un lugar que debería ser sinónimo de ofertas, precios decentes y un poquito de esperanza… pero terminó siendo todo lo contrario. Allí, en plena feria estatal, aparecieron tres libras de lomo de cerdo a 3 450 pesos, una cifra que dejó a medio país con la boca abierta. Literalmente, el precio de un pedazo de carne supera –o iguala– la pensión mensual de miles de jubilados. ¿Quién puede comprar eso? ¿Batman? ¿El dueño del dólar en el mercado informal? Porque el cubano de a pie, definitivamente no.
La denuncia vino desde el perfil de Armando Caos, que compartió la foto y dejó que la realidad hablara sola. Y vaya si habló. Media Cuba reaccionó enseguida. La venta, realizada por una mipyme estatal, no solo llamó la atención por el precio absurdo, sino por la ironía que acompañaba la tablilla: “Lomo de cerdo imperialista”. Y aquí fue donde la indignación se mezcló con el humor negro. ¿Imperialista? ¿De verdad? Como si el problema fuera el origen del cerdo y no el precio que ni soñando puede pagar un trabajador.
Y ahí es cuando uno se da cuenta de la desconexión total entre quienes ponen los precios y quienes tienen que pagarlos. En un país donde el salario promedio oscila entre 2 100 y 4 000 pesos, que te ofrezcan tres libras de carne casi por 3 500 pesos es un insulto en esteroides. No hay otra forma de describirlo.
Los comentarios llovieron inmediatamente. Un usuario soltó que “lo del gobierno cubano no tiene parangón”, preguntándose si las autoridades viven en otra dimensión o si sencillamente son “los más cara de palo del mundo”. Y sí, esa frase resume bastante bien el sentir general. Otra persona llamó “abusadores” a los responsables de la feria, señalando lo que ya es evidente: un alimento básico convertido en un lujo solo accesible para quien ya vive en un nivel económico completamente alejado de la realidad.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa algo que el pueblo lleva años gritando: el abismo cada vez más grande entre el costo de la vida y lo que realmente ingresa una familia cubana. Y lo más irónico es que estos precios no vienen de privados adinerados o especuladores de esquina. No. Son precisamente las mipymes estatales, creadas bajo la sombrilla del Gobierno, las que están impulsando estos precios de ciencia ficción.
Mientras el discurso oficial insiste en que estas empresas están aquí para “dinamizar la economía”, el cubano promedio tiene otra opinión mucho más realista: lo único que están dinamizando es la desesperación, el hambre y la impotencia de una población que ya no puede aspirar ni a tres libras de carne sin sacrificar un mes de ingresos.
El post de Armando Caos terminó convirtiéndose en un espejo certero del país: un Estado que se autoproclama defensor del pueblo, pero que vende productos esenciales a precios que ese mismo pueblo jamás podrá pagar. La foto de ese “lomo de cerdo imperialista” no es solo una denuncia… es un símbolo de la Cuba de hoy.










