Mientras La Habana se hunde entre la basura, el régimen moviliza a decenas de cubanos para «higienizar» el Cementerio de Colón

Redacción

El Consejo de la Administración de Plaza de la Revolución volvió a hacer lo que mejor sabe: armar una puesta en escena para aparentar gestión. Esta vez tocó usar el Cementerio de Colón como telón de fondo, presentando una jornada de “higienización” como si fuera un logro histórico digno del 506 aniversario de La Habana.

En su publicación en Facebook, las autoridades hablaron de “lealtad”, “homenaje” y “cumplimiento del deber”. Puro maquillaje político para una ciudad que lleva meses oliendo a abandono. La Habana está hecha un desastre, pero el gobierno decidió que barrer unas hojas en el cementerio era suficiente para posar como héroes.

Un espectáculo político disfrazado de jornada de trabajo

Las fotos hablan solas. Cuadros del PCC, miembros de los CDR y funcionarios municipales montando su performance, escobas en mano, con esa sonrisa que solo aparece cuando hay cámara de por medio. El régimen presentó la limpieza del cementerio como si fuera una labor constante “cada fin de semana”, pero cualquiera que viva en La Habana sabe que eso es un cuento más del libreto oficial.

Las calles están reventadas de basura, las fosas desbordadas, los microvertederos creciendo en cada esquina y los mosquitos sembrando dengue por toda la capital. Nada de eso se limpia con un día de fotos posadas.

Un cementerio emblemático usado como vitrina

El Cementerio de Colón, joya patrimonial de Cuba y uno de los camposantos más importantes de América Latina, lleva años deteriorándose a la vista de todos. Calles internas rotas, panteones abandonados, maleza a nivel selva y escombros por dondequiera.

Especialistas llevan años advirtiendo que el lugar se cae a pedazos por falta de recursos y personal. Pero ahí sí aparecen las brigadas de “trabajadores entusiastas” cuando toca propaganda. El cementerio solo existe para ellos cuando sirve de escenario político, no cuando la ciudad lo necesita de verdad.

La Habana agoniza mientras el régimen presume una escoba

La capital sigue atrapada en apagones, falta de agua, basura acumulada, brotes de enfermedades y una gestión estatal que no da pie con bola. En ese contexto, las autoridades celebran una limpieza puntual como si fuera señal de “avance”.

Para los habaneros, ese tipo de publicaciones es casi una ofensa. Un recordatorio de que el régimen vive en su burbuja triunfalista mientras la ciudad sigue hundida en su peor crisis urbana en décadas. La propaganda insiste en mostrar normalidad, pero la realidad es demasiado grande para esconderla debajo de una escoba.

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