Sandro Castro volvió a encender las redes y no precisamente por nostalgia familiar. El nieto del fallecido dictador anda suelto en Instagram con su nuevo “Notisandro”, un video donde mezcla sarcasmo, pullas políticas y advertencias económicas, mientras se burla abiertamente de la crisis que ahoga a Cuba.
Aparece con un pomo de repelente amarrado en la cabeza, como si fuera un casco antibalas contra el aedes aegypti, y se presenta “reportando desde Apagonia, donde la única luz que se ve es la del sol”. Es su manera de recordar que la isla vive más a oscuras que nunca.
Entre chistes y dardos, Sandro habló del dólar informal y soltó que “El Toque lleva el USD a 450 pesos”, pidiendo a sus seguidores que “no compren”. Según él, así bajaría. Una recomendación que provocó risas, incredulidad y más de un “socio, tú estás jugando con fuego”.
Pero lo más notorio fue su silencio. Ni una palabra sobre la tasa de cambio alternativa que él mismo había prometido lanzar esta semana junto a un grupo de empresarios y dueños de mipymes. Un proyecto que, según rumores, habría quedado en el congelador después de que el régimen arremetiera contra El Toque y anunciara que el Banco Central será el encargado de presentar su propia tasa, aunque nadie sabe ni cuándo ni cómo.
Ese “olvido” levantó las antenas de sus seguidores. Muchos estaban esperando detalles y ahora especulan si el nieto del comandante recibió un “telefonazo” o si prefirió hacerse el sueco. Entre bromas, ya hay quien lo propone como ministro de Economía, total, después de la caída del exministro Alejandro Gil todo el mundo se está ofreciendo “de voluntario”.
Con el mismo tono burlón, Sandro mencionó “La Cuevita”, en La Habana, asegurando que ahí están “las mejores oportunidades de inversión”. Y cuando le preguntaron si era buen momento para comprar cadenas de oro, lanzó: “Veo muchas cadenas largas, no es momento de invertir en eso”.
La frase no fue inocente. Un dardo doble. Por un lado, el juicio en Miami del reguetonero Chocolate MC, que podría enfrentarse a cadena perpetua. Por el otro, el proceso judicial contra Alejandro Gil, a quien el régimen tiene en la mira y que podría terminar con una condena igual de larga pero con aroma a Granma y a tribunal amañado.
Sandro cerró entre risas, guiños y palos velados al gobierno de Miguel Díaz-Canel, dejando claro quién considera responsable del apagón nacional, del colapso económico y del ambiente de sálvese quien pueda que se respira en el país.
Mientras el nieto del dictador juega a influencer rebelde desde la comodidad tecnológica, los cubanos siguen viviendo en la verdadera Apagonia, donde no solo falta la luz: falta la comida, el dinero, el futuro y hasta la paciencia.







