El mercado informal cubano volvió a amanecer movido este martes. El dólar sigue en picada y marca su tercer día consecutivo de caída, según el parte diario de elTOQUE, el medio que el régimen no se cansa de atacar. La moneda estadounidense se vende ahora a 440 CUP, diez pesos menos que ayer, y confirma una tendencia a la baja que empezó el 16 de noviembre.
El euro, mientras tanto, mantiene su pose de estatua. Sigue firme en 500 CUP por quinto día seguido, sin un mísero cambio desde que aterrizó en ese valor el pasado 14 de noviembre. La MLC, que había tropezado ayer, se sacudió el polvo y volvió a 220 CUP, recuperando los cinco pesos que había perdido.
El vaivén de las divisas llega en un ambiente cargado de tensión. La caída del dólar ocurre mientras el régimen intensifica su campaña de hostigamiento contra elTOQUE, acusándolos de “manipular” la Tasa Representativa del Mercado Informal. Una acusación típica de un gobierno que lleva años sin controlar ni la inflación ni la confianza pública, pero siempre encuentra un culpable externo cuando el desastre es propio.
En las últimas semanas, el mercado informal ha estado tan inestable como la economía del país. A finales de octubre, el dólar se desplomó de 485 a 410 CUP y el euro bajó de 540 a 450 CUP. Después de eso, ambas monedas comenzaron a recuperar valor, hasta que el 16 de noviembre el dólar frenó en seco y viró hacia abajo. Con la caída de hoy, acumula tres jornadas perdiendo terreno tras haber llegado a tocar los 470 CUP la semana pasada.
El euro, al contrario, ha demostrado más músculo, subiendo de 450 a 500 y manteniéndose ahí sin moverse un centímetro. Todo esto ocurre mientras el gobierno cubano promete, como si fuera algo nuevo, que pronto habrá un “mercado cambiario oficial, ordenado y transparente”. La frase suena bonita, pero en un país donde la transparencia dura menos que un pomo de aceite en la bodega, nadie la toma muy en serio.
La realidad es la de siempre. La inflación sigue galopando, las divisas no aparecen por ningún lado y la confianza en las instituciones económicas del régimen está más desgastada que un Lada del 82. La escasez de efectivo y los problemas bancarios solo empujan a más gente al mercado informal, que es el único que funciona sin cuentos.
Desde 2022, la historia ha sido la misma: el CUP se deshace a paso firme, con pequeñas pausas que nunca cambian el rumbo. Hoy, un billete de un dólar vale 440 CUP. Uno de cien equivale a 44 mil pesos, una cifra que retrata con crudeza cómo el salario cubano se ha convertido en papel casi simbólico.
Y el euro, todavía más fuerte, coloca su billete de cien en los 50 mil CUP, una cifra que parece de ciencia ficción para la mayoría de los trabajadores en la isla.
La economía cubana sigue jugando al borde del abismo. El mercado informal es la única brújula real, y lo que está mostrando ahora mismo es un país donde la moneda nacional no inspira confianza ni siquiera por costumbre.










