El 18 de mayo de 2024, Pérez Cárdenas llevó en bote a un grupo de migrantes hasta una zona desierta de la costa en Cayo Largo. Armado y escoltando a las víctimas hasta una carretera cercana, las entregó a Benítez y otros miembros de la organización, quienes las esperaban en varios vehículos para trasladarlas hacia Miami.
Una vez en la ciudad, algunos de los migrantes fueron llevados a una finca en la zona rural, donde quedaron retenidos mientras sus captores extorsionaban a familiares y amigos, exigiendo sumas de dinero a cambio de liberarlos, según informó la Fiscalía.
En la finca, las víctimas sufrieron golpizas con palos y machetes, simulacros de ahorcamiento y amenazas de muerte. En uno de los episodios más escalofriantes, Benítez y un cómplice obligaron a un migrante a subirse a una silla, le colocaron un lazo al cuello y lo golpearon con el lado plano de un machete. Todo fue grabado en video y enviado a la familia para presionarla a pagar el rescate.
La red no se limitaba a la violencia física. Izaguirre López y otros miembros llamaban de manera reiterada a los familiares, amenazando con matar a los secuestrados si no transferían el dinero exigido. El jefe de la oficina del FBI en Miami, Brett Skiles, calificó la conducta de los acusados como “violenta e inhumana, casi más allá de la imaginación”.
Cuando al menos cuatro migrantes no pudieron reunir el dinero, los líderes de la organización planearon trasladarlos a Luisiana. La intención era obligarlos a trabajar en la empresa de construcción de Izaguirre López para “pagar” la deuda impuesta por la red. Sin embargo, ese plan nunca se concretó: el 20 de mayo, agentes interceptaron el vehículo de los criminales en la autopista Florida Turnpike, en el condado de Sumter.
Los tres hombres se declararon culpables de conspiración para secuestrar. Benítez e Izaguirre López aceptaron además cargos por trabajo forzado, delitos violentos vinculados al crimen organizado, posesión y exhibición de armas durante un delito violento. Benítez y Pérez Cárdenas también se declararon culpables de introducir y transportar migrantes en Estados Unidos, mientras que Izaguirre López admitió cargos por transporte interno de migrantes.
El Departamento de Justicia confirmó que Benítez y Pérez Cárdenas son ciudadanos cubanos, mientras que Izaguirre López es hondureño. Los tres enfrentan deportación tras cumplir sus condenas.
La Fiscalía del Distrito Sur de Florida identificó a tres co-conspiradores que aún esperan juicio: Víctor Rafael Arcia Albeja, José Ángel Marrero Rodríguez y Yoelys Prada Ramos.










