El Micha volvió a Miami, pero esta vez llegó con más fuego que reguetón. Después de anunciar hace meses que regresaría a vivir en Cuba —una declaración que le cayó como balde de agua fría al exilio— el cantante apareció en una directa de Instagram diciendo que ya está de vuelta en la ciudad para ver a sus hijos antes de arrancar una gira europea.
El problema es que el regreso vino acompañado de amenazas legales, pullas y un discurso cargado de pique contra los influencers que, según él, lo “difamaron” cuando decidió mudarse a la Isla tras separarse de Ana María Daniel, madre de sus dos hijos. Y sí, mencionó directamente a Adrián Fernández, uno de los más duros críticos en redes.
“Hoy NorthWest, mañana Lawton y pasado Madrid”, soltó El Micha, como quien presume agenda. En su directa también explicó que quiso dar la cara porque se dio cuenta de que lo fotografiaron sin permiso al llegar al aeropuerto. Y de paso tiró una línea que muchos interpretaron como justificación o advertencia: “Ya han hablado tanto que nada me afecta”.
Pero el plato fuerte fue la promesa —o amenaza, según a quién le preguntes— de que piensa demandar a todos los creadores de contenido que hayan mostrado fotos de sus hijos o lo hayan acusado sin pruebas. Dijo que su abogada está lista y que aquellos que hicieron “contenido de más” vayan revisando sus publicaciones, porque piensa enviar cartas, citaciones y, si hace falta, “quitarles dos pesos”.
La frase más viral de la noche fue la comparación con Chocolate MC:
“Si a Chocolate, sin matar una mosca, le echaron cadena perpetua, a alguno de ustedes yo les voy a quitar dos pesos.”
Una declaración que deja claro que viene molesto, decidido y con el machete desenvainado.
En el exilio, su regreso no pasó inadvertido. Muchos todavía no le perdonan aquel discurso de “me vuelvo para Cuba”, sobre todo en un momento en el que miles arriesgan la vida para salir de la Isla. Y aunque El Micha ahora diga que la vida en redes “es una farsa”, lo cierto es que él mismo está viviendo parte de su historia delante de una cámara, en modo novela urbana.







