Sandro Castro, nieto del fallecido dictador Fidel Castro, volvió a la carga contra el medio independiente El Toque, acusándolo de manipular la tasa del dólar en el mercado informal cubano y de “jugar con la economía del país afectando a la población”.
Las declaraciones se dieron en una entrevista con el youtuber venezolano Jesús Cazorla Espino, grabada en La Habana y promocionada por ambos en redes sociales. En ella, Sandro aseguró que “El Toque no es confiable” y que el medio “usa los valores del dólar de acuerdo con su conveniencia”. Una justificación que repite el discurso oficial del régimen, desesperado ante la pérdida de control sobre la economía real de la calle.
El Toque lleva semanas bajo una feroz campaña de difamación promovida por el gobierno cubano. La maquinaria estatal ha intentado convertir a este medio en el villano de la crisis económica, como si el desastre nacional fuera culpa de quienes publican la tasa del cambio que el pueblo ya conoce perfectamente en la cola del pollo, en los grupos de Telegram y en la calle.
La ofensiva llegó incluso a la Televisión Nacional, donde el régimen aseguró que tiene “pruebas” contra los periodistas y sugirió que podrían abrir procesos legales por supuesto tráfico de divisas y evasión fiscal. También los acusaron, con su habitual paranoia política, de cometer “terrorismo financiero”, alegando que manipulan el tipo de cambio y que estarían vinculados a agencias estadounidenses.
Sandro Castro intentó desmarcarse del discurso oficial diciendo que no cree que El Toque reciba apoyo ni del gobierno de Estados Unidos ni del cubano, una afirmación que intenta sonar independiente, aunque ya es sabido que el influencer ha sido parte activa del ataque mediático contra el medio.
Desde su postura privilegiada y su vida ostentosa en redes sociales, Sandro calificó al equipo de El Toque como “una élite oscura”, insinuando que quienes salen dando la cara no son los verdaderos responsables. Un discurso que, lejos de argumentar, repite el mismo guion del oficialismo: desacreditar, atacar y desviar la atención del desastre económico creado por el propio régimen.
Las declaraciones del nieto del dictador se suman a una ofensiva más amplia desde sectores oficialistas contra El Toque, que desde el exilio publica diariamente la tasa del dólar, el euro y el MLC, reflejando la economía real del cubano de a pie. Una verdad que duele, sobre todo para quienes llevan más de seis décadas destruyendo el país y ahora buscan culpables fuera del Palacio de la Revolución.
